Tribuna

Luis Antonio Rodríguez Huertas

Aprendiendo a unir, aprendiendo a construir un mundo más justo

En general, nos cuesta definir prioridades en la sociedad y nos dejamos llevar por urgencias o por otros intereses menos confesables.

La política, como hija de la sociedad que es, participa de esta dificultad.

Sin embargo, creo que podemos decir con cierto nivel de consenso, que una de las prioridades más urgentes que detectan los ciudadanos de a pie, es la de ser capaz de establecer puentes entre posturas aparentemente irreconciliables, la de rebajar el nivel de crispación política, la de achicar los espacios entre diferentes y terminar con la famosa polarización, que tanto daño está haciendo.

Entre otras consecuencias, esos "palos en la rueda" a la búsqueda del bien común y de lo que nos une por encima de lo que nos separa, tiene nefastas consecuencias para las clases populares, para el obrero español, y para las personas de cualquier latitud que por una causa u otra hayan venido a parar a esta bendita tierra.

Y es que necesitamos elevar a nuestras gobernantes una vox unida para conseguir los cambios estructurales necesarios que permitan a todas las vecinas y vecinos vivir con la dignidad que merecen. No pedimos más. No pedimos menos.

Ese es uno de los motivos por los que nos presentamos a las próximas elecciones municipales en Granada. Para poner nuestro granito de arena -siendo "realistamente utópicos", como nos gusta decir en M+J -, en ese "saber unir" que nos reclama la humanidad, que sufre las consecuencias implacables de la división, los intereses particulares o las luchas de poder.

Es cierto que conseguirlo no es tan fácil como juntar, en unas mismas líneas y sin que salten chispas, los nombres de partidos que representan corrientes ideológicas tan distintas. Y también lo es que hace falta mucho trabajo y esfuerzo "artesanal" para identificar los "por qué" de las fracturas y las consiguientes heridas que se esconden en ellas, para intentar entender al que piensa diferente y sus posibles razones, para generar espacios de encuentro sosegado y valiente a la vez, para construir vías creativas que aminoren las distancias, para dar el primer paso y no estar a verlas venir. Pero como siempre, mucho es cuestión de voluntad. Por eso, decimos, con humildad, pero también con decisión: Sí, es la hora de apostar por un mundo más justo.

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