Osasuna | sevilla · informe técnico

Una batalla ganada a medias

  • Jiménez arrimó a Konko y a Romaric a los centrales para que sufrieran menos por alto · Versión pragmática de un partido en el que la posesión sólo llegó con Capel

Recibirá críticas el equipo de Jiménez -y Jiménez por supuesto- por el partido de ayer, pero conviene recordar lo difícil que es jugar en Pamplona. Es cierto que el Sevilla no dio nunca ese paso adelante y se trabó en un intercambio de golpes sin sentido y lleno de imprecisiones en el que Osasuna planteó ese fútbol molesto de segunda jugada. Jiménez replanteó su esquema reforzando con centímetros la defensa y el desarrollo del encuentro le fue dando la razón. Lo llevó con oficio y pragmatismo, incluso con diez hombres, aunque, si hay que buscar algo en el debe, es verdad que no tocó arriba ni se sacudió con la valentía de otras tardes el acoso rival.

Defensa

Hubo desajustes, provocados casi todos en la banda de Konko, aunque el lateral no es que hiciera un mal partido. Ayudó mucho por alto y sacó innumerables balones, pero desajustó a veces las marcas, teniendo que salir continuamente Squillaci de su terreno. También contribuyó el hecho de que Jiménez ordenara una especie de intercambio de posiciones entre Romaric y Duscher para que el africano ayudara a sacar balones de cabeza incrustándose a veces entre los centrales. Esa mutación, como todas, también tenía su consecuencia a la hora de tratar de trenzar el fútbol, puesto que Duscher, sin acabar de darle un mal trato a la pelota, entró demasiado en juego en las transiciones y su fútbol es más corto en la distancia de pase que el de Romaric.

Ataque

Diego Capel fue el mejor, pero entró en el campo en el minuto 19 de la segunda parte. A partir de ahí, de todo se puede decir... Empezando porque la noche de ayer fue una constatación más de que Kanoute ha llegado al final de Liga fundido y cascado. Jiménez prescindió de salida de las bandas y tanto Renato como Adriano -aunque sea extremo- lo buscaron sin encontrarlo. Luis Fabiano, pese a que ofreció chispazos, no tuvo la predisposición de otros días a la hora de arrimar el hombro. Sólo la salida de Capel le dio al Sevilla mayor control del partido por la posesión -minutos que gastan- que aportan sus galopadas.

Virtudes

Saber aclimatarse a lo desagradable que es el fútbol en Pamplona.

Talón de aquiles

Faltaron transición y conexión.

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