Granada - Zaragoza

El sosiego ya no es sólo una aspiración (1-0)

  • El Granada doblega al Zaragoza con un gol de Ighalo y escala hasta la zona tranquila. El equipo no mata el choque y acaba sufriendo más de la cuenta Al fin Primer triunfo ante un rival directo por la salvación.

La cuarta victoria del curso llegó con sufrimiento hasta el final, pero por fortuna es una realidad que consolida al equipo de Fabri no solo en la zona tranquila de la tabla, sino también en el territorio del sosiego total en el aspecto psicológico. Es la casi quinta jornada consecutiva -falta confirmar los puntos del Mallorca- sin perder, y una vez más se logró dejar el arco propio a cero. Además, al fin el equipo consiguió doblegar a un rival teóricamente directo, cosa que hasta el momento no había logrado. Si el miércoles ocurre lo que todos esperamos, el equipo rojiblanco llegará a Getafe mucho más cerca de las plazas europeas que del descenso. Un éxito sin paliativos, basado en la fe y el trabajo, y que en la actualidad hace feliz a la parte futbolera de la ciudad y su provincia.

Ighalo se estrenó como goleador de la máxima categoría, aunque bien pudo haberse llevado a su casa el balón del partido, y de paso habría evitado un montón de nervios en el segundo acto. El nigeriano falló dos tan claras como la que metió, aunque no hay que hacerle reproches, pues ya todos conocemos que es capaz de errar opciones clamorosas, pero también tiene capacidad para resolver entuertos trascendentales, de los que jamás olvida una afición.

El equipo arrancó muy bien ante un rival timorato y muy mermado de titulares, que vino a intentar frenar su sangría de puntos, aunque fuera con un empate. El arreón inicial no derivó en goles, ni tampoco en demasiadas opciones claras, pero antes del descanso, en una nueva oleada de ataques, llegó el tanto que abría el camino. En el segundo tiempo se puedo sentenciar en varias muy claras, pero no se hizo y el Zaragoza achuchó lo indecible en el último tramo, aprovechándose de una suerte de miedo a ganar que se instaló en los de Fabri. Fue el momento de Roberto, que apareció para despejar varias claras, especialmente la última del partido, una de Luis García de falta directa que llevaba marchamo de golazo.

La gestión de la ansiedad inicial el Granada la solventó con madurez, con paciencia e intención elaboradora, a lo que ayudó un rival que tenía muy claro cuál debía ser su talante de inicio: el que le condujera a lograr por todos los medios no recibir un gol.

Con Martins como gran cerebro de las operaciones y con muchos efectivos por delante de la pelota, el primer cuarto del choque fue claramente dominado por los locales. Jara compareció en la izquierda y Uche se colocó en la derecha. La vocación de ambos fue siempre buscar el interior, especialmente Uche, lo que permitió las continuas subidas de David Cortés. El extremeño asumió la forma de jugar del equipo, especialmente en casa, se colocó la camiseta de Nyom y se hartó de subir, alcanzar posiciones de centro y culminar. Hasta es seis ocasiones escaló la banda y acabó centrando con peligro en el primer tiempo.

El Zaragoza se limitó a estar bien posicionado e intentar taponar cualquier agujero. Cuando le tocó construir, perdió el cuero con facilidad. No obstante, el equipo de Aguirre se fue soltando conforme pasaron los minutos y tuvo un periodo, avanzado el primer tiempo, en el que inquietó algo a Roberto, aunque siempre con balones colgados al meollo, buscando algún remate de Hélder Postiga. También ayudaron algunas dudas o excesos de confianza en la salida del cuero de la zaga local, que estuvieron presentes durante todo el partido.

El dominio local derivó en algunas opciones de gol, aunque no especialmente claras. Al cuarto de hora Ighalo tuvo su primera ocasión con el balón en el área, pero no pudo escaparse de la zaga. El cuero salió rebotado y Mikel Rico probó a Roberto con un duro disparo. Jara, en tercera instancia, también lo intentó sin éxito.

El Granada apretó en el tramo final de la primera etapa y logró su objetivo. Desbordó por la derecha Mikel Rico con la defensa del Zaragoza intentando salir tras un córner, y el desajuste fue aprovechado por Ighalo a placer, si bien por el camino se quedaron los intentos de cabecear de los dos centrales rojiblancos, completamente solos.

El gol fue una gran noticia para el equipo, que quiso matar el partido nada más volver de vestuarios. Se generó entonces la opción más clara de todo el partido, tras un buen centro de Siqueira que Ighalo, solo y con el arquero batido, envío fuera por no engancharla bien.

Parecía que sería un periodo plácido el segundo, que el tanto terminaría por llegar y que no habría nervios, pero no ocurrió así. De hecho el Zaragoza pudo empatar en la siguiente acción, propiciada por una desaplicación de Diakhaté. Postiga remató, pero se encontró con Roberto.

La segunda ocasión clamorosa con la que no se sentenció también la tuvo Ighalo, en una contra conducida por Franco Jara y en la que le asistió Martins. El africano, escorado a la derecha, quiso hacer la de Elche y regatear al portero, lo hizo, pero su disparo fue bloqueado por el camino entre el arquero y un defensa (56').

La inquietud se instaló en la grada, tan ansiosa como el equipo por aniquilar el partido. Mediado el periodo el Zaragoza ya había dado un paso adelante y merodeaba cada vez con más peligro la periferia del arco, aunque alimentado más por la desesperación que por el talento. Fabri sentó a Martins, que se fue tocado, y también a Uche. Comparecieron Dani, Abel y más tarde Geijo, tres de los jugones del ascenso.

Con el Zaragoza achuchando, la clave para matar iba a estar en la contra, y se tuvieron varias, pero se mandaron al limbo. Jara desaprovechó una en el 86', y más clara fue la que Geijo y Dani Benítez se guisaron en el 88'. Jara, solo, se quedó esperando el pase.

El Zaragoza ya había dado un susto gordo en un balón de oro de Luis García, pero el internacional no se percató de que estaba solo en el área y cedió atrás, para que Micael chutara a córner.

En pleno alargue, con los fantasmas rondando el estadio, Roberto hizo un paradón a tiro de falta de Luis García. Era el empate, pero no fue. Tenemos un porterazo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios