Ayer, en estas páginas de Granada Hoy, conocimos la noticia que nos informaba de la detención de dos personas que ejercían explotación sexual con 6 mujeres extranjeras en situación irregular, las cuales fueron liberadas por la policía.

Hay que felicitar y agradecer por esta operación a los agentes de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Granada en una operación que se enmarca dentro del Plan de la Policía contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual, que pretende luchar contra entramados y organizaciones criminales que se aprovechan de la situación de vulnerabilidad que presentan algunas mujeres extranjeras.

Y es que es llamativo que esta forma de explotación suceda delante de nosotros en muchas ciudades de España. Hoy es Motril pero desgraciadamente estas situaciones ocurren en demasiadas ciudades.

Y son situaciones que ocurren no sólo porque haya personas y organizaciones criminales sin escrúpulos capaces de explotar a mujeres en situación vulnerable a las que retiran su pasaporte y obligan a ejercer la prostitución bajo amenazas y bajo el ejercicio de la violencia, sino que son situaciones que ocurren en nuestra sociedad porque hay ciudadanos que acuden a la prostitución y pagan como clientes dando soporte económico y social a esta forma de esclavitud.

¿Cómo ser ajeno al hecho de que ser cliente de servicios sexuales en el marco del ejercicio de la prostitución significa casi siempre darle cobijo y soporte a las mafias que explotan a mujeres vulnerables que se prostituyen de manera obligada y bajo amenazas y violencia?

La trata de personas es inaceptable y la compra de servicios sexuales en estas situaciones expresa un mal endémico de las sociedades actuales que es a todas luces impropio de sistemas civilizados. Ocurre delante de nuestras narices y con demasiados silencios cómplices. La existencia de clientela constante capaz de comprar estos servicios expresa un enorme fracaso de nuestro sistema de valores.

Y es digno de aplauso y gratitud el esfuerzo institucional en la lucha frente a la trata de personas y el trabajo que realizan los cuerpos de seguridad desmantelando estas redes mafiosas. Pero hay que hacer mucho más por parte de las instituciones educativas y por parte de medios de comunicación y del conjunto de la sociedad. Para mi es tan detestable quién explota desde una organización criminal como quien compra estos servicios a mujeres que son obligadas y sometidas.

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