La tertulia en los medios de comunicación audiovisual es un método de trabajo tremendamente habitual, hasta el punto de que en España supone dedicar muchas horas al día para informar y valorar los asuntos de interés público y periodístico.

No sé hasta qué punto hay conciencia de la trascendencia que tienen las tertulias por parte de los responsables de los medios que las promueven así como los profesionales que participan en ellas (a quienes se les conoce popularmente como tertulianos); creo que es importante el potencial de información (o desinformación) a la población así como la capacidad de condicionar a la opinión pública.

Lo que sucede es que en las tertulias en las que habitualmente participan periodistas como tertulianos suele ser demasiado habitual (aunque hay excepciones) comprobar cómo la ideología del profesional y la del medio en la que habitualmente trabaja es un condicionante claro para las opiniones que se emiten.

El sesgo ideológico es demasiadas veces muy evidente. Todo ello erosiona la imagen del periodismo y de los profesionales del periodismo cuya función social es demasiado importante y necesaria como para aceptar como inevitable la pérdida de crédito en la que este sector está inmerso.

Es por eso que modestamente quiero alzar mi voz para reclamar preparación a los tertulianos en los temas sobre los que se opina o, en su defecto, que tengan capacidad para reconocer de manera explícita y con modestia la falta de preparación o conocimiento cuando ello sea así.

Alguna vez, muy de vez en cuando, participo en alguna tertulia local y siento esa sensación y a pesar de mis intentos en ser ecuánime y opinar con información, seguramente nunca lo consigo y eso es algo que por responsabilidad me ocupa y me preocupa.

Hay dos modelos de tertulia que me parecen ejemplo de buena práctica; uno de ellos es el del programa La clave que dirigía José Luis Balbin en los años ochenta. Otro, actual y cada vez con más seguidores, la tertulia de La noche en 24 h de RTVE que dirige Xanier Fortes y analiza los temas con una pléyade de periodistas que saben hacer pedagogía y ayudan a los espectadores a entender mejor las cosas. Como debe ser. Hay más pero cito solo estos por espacio.