Esta boca es tuya

Antonio Cambril

cambrilantonio@gmail.com

Naciste 'pa' martillo

A don Martín, si entra en la cárcel, que no creo, cada mes le saldrá a 80.000 euros, ¿Y la Justicia?

La noticia me desató una carajera de asociaciones mentales. Juan Tomás Martín, el ex secretario de la Fundación García Lorca, reconoce que estafó casi dos millones de euros, se compromete a devolver el dinero extraviado y acepta dos años de condena con posible suspensión ante la Audiencia de Madrid. Para que sea posible su abogado ha alcanzado un acuerdo con el fiscal, el abogado del Estado y el abogado de la Fundación que dirige Laura, la sobrina del poeta que lo aupó al cargo. Don Martín es el hombre que está en el origen de que el Centro Lorca lleve años abierto sin albergar el Legado y de que La Caixa haya adquirido derechos que no tenía e inserte su logo en letras descomunales en la fachada del edificio de La Romanilla.

Nada más leerlo recordé a Alejandro Fernández, un granadino que, con 18 años, estafó 79 euros (en torno a 550 u 800 según otras versiones que él rechaza) en un centro comercial. Seis años después fue condenado por estafa y tenencia ilícita de tarjetas a cinco años de cárcel e ingresó en la prisión de Albolote, donde creo que sobrevive. Su caso pasó por la Audiencia Nacional y por el Supremo y de poco sirvió que hubiera sentado cabeza y fuera el hombre de confianza del dueño de un bar que abogó por él. El Gobierno ignoró las 182.000 firmas que pedían su indulto y no faltaron periodistas que acudieran a apalearlo mientras estaba tumbado en el suelo.

La suma de las dos noticias me retrotrajo a finales de los 70, cuando, inspirándose en el 'Mack the Knife' de Berltolt Brecht que musicó Kurt Weill, y popularizaron, entre otros, Frank Sinatra y Bobby Darin, el panameño Rubén Blades lanzó 'Pedro Navajas'. La canción, que rompió el mercado y aún se oye en los bares de salsa, recoge una sentencia popular sobre el destino o, más exactamente, sobre el determinismo social: "Si naciste 'pa' martillo, del cielo te caen los clavos". A don Martín, si entra en la cárcel, que no creo, cada mes le saldrá a 80.000 euros (soy de letras y no me voy a poner a hacer los cálculos). Alejandro pagará cada euro con más de una semana de cárcel. Claro que uno es un señor y el otro un paria. Uno tiene suerte, un buen abogado y mucha clase. El otro recuerda a los huerfanillos de Dickens. ¡Qué obra habría hecho Lorca con la confluencia de los dos casos! ¿Y la Justicia? ¿Es igual para todos? ¡Aparta de mí ese cáliz!

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