Los nuevos tiempos

César De Requesens

crequesens@gmail.com

El 'banquero del rey'

Mario Conde se diría que fue el Ícaro patrio que puso rostro al 'más dura será la caída'

Se agradece el tono de sinceridad en un hombre que ocupó puestos clave en ese tejido tan opaco y teatral que fue la transición española. Se despachó a gusto en la entrevista a fondo que le hicieron en el programa 'Salvados', con un Mario Conde tan enfijatado como siempre, tan gallo de corral como le conocimos, algo matizado por los años, las canas, las arrugas y los muchos golpes recibidos después de su caída en desgracia, de la que hablaba con el poso de dolor y desencanto que no conseguía camuflar tras su habitual arrogancia.

Hay personajes de la vida pública española que parecen nacidos para la escena. Mario Conde se diría que fue el Ícaro patrio que puso rostro al 'más dura será la caída', algo impensable cuando todos le veíamos de yate en fiesta, de recepción en el Palacio Real a salir en lo periódicos camino de la trena donde, también, hizo amigos y volvió a ser el rey del cotarro pero ya sin el poder casi omnímodo que bien reconocía que fue excesivo, ese estar por encima del bien y del mal que le confería ser 'el banquero del rey' y de media España también.

No da pena, no. Hay derrotados que dan lástima, pero no es el caso. Rodeado de lujos en una finca-cortijo que no le han embargado ("está a nombre de mis hijos", aclaró), su morosidad en torno a los diecisiete millones de euros o su condena en firme no han mermado su altanería que le sobrepasa hasta para marcarle al periodista las preguntas que debía hacer, para reivindicar que "dice la verdad" (no 'su verdad') y hablar mucho pero callando mucho del rey emérito, otro árbol caído con el que se abrió la veda en la prensa ya sin la mordaza voluntaria de antaño, como sentenció este abogado del Estado brillante que llegó antes de los cuarenta al corazón del dinero, la banca que está detrás de casi todo, según se podía inferir de lo mucho que soltó el paladín del pelotazo y el tráfico de influencias varias.

Ahora que han prescrito los delitos, se despachó a gusto y dejó en el aire la duda de si los nuevos Mario Conde de hoy (de izquierdas o de derechas, el poder es poder) no estarán amañando nuevos negocios entre bambalinas, lejos de la escena que sí que vemos todos y en la que siempre intuimos unas cloacas que solo a veces, muy pocas veces, como en esta buena entrevista del domingo, se dan a conocer.

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