Mientras Puigdemont sigue tensando la cuerda del soberanismo a la fuerza, cualquier independentista catalán que se precie deberá cumplir a rajatabla este decálogo de agravios inventados por el nacionalismo si es que quiere que Cataluña sea una nación:

Primero.- Tergiversarás la historia de Cataluña con falsedades tales como que Cataluña es una nación milenaria o que pertenece a España desde 1714, cuando la realidad es que España es una de las naciones más antiguas de Europa y Cataluña ha sido territorio dentro de España desde casi toda su existencia.

Segundo.- Mantendrás que el castellano es una lengua impuesta por los españoles a la fuerza, cuando la realidad es que la extensión del castellano en Cataluña comenzó en la Edad Media al consolidarse como la lengua más sencilla para entenderse dada su mayor extensión territorial, su mayor número de hablantes y su posición geográfica central. Jaime II de Aragón -siglo XIII- escribía sus cartas a los reyes musulmanes de Granada en castellano.

Tercero.- Defenderás el 'España nos roba' en todos los foros, aunque sepas que es falso y que Madrid aporta mucho más a las arcas de la solidaridad interterritorial, aunque ahora Rufián haya dicho que no les robamos…

Cuarto.- Asegurarás que Cataluña es una nación que permanecerá en la UE cuando se independice, a sabiendas de su falsedad y de que la UE es una unión de Estados de Derecho y no de quienes incumplen la legalidad.

Quinto.- Sostendrás que la mayoría de los catalanes quiere la independencia, aunque el barómetro de la Generalitat de marzo de 2017 indique que el rechazo a la independencia crece ante la tensión soberanista (NO 48,5% y SÍ 44,3%).

Sexto.- Intentarás convencer a todos de que España es el enemigo común y fomentarás el victimismo inventado a toda costa, son los pilares de cualquier nacionalismo…

Séptimo.- Mantendrás que la voluntad popular está por encima de la ley, olvidando de que en los regímenes democráticos -y España lo es, reconocido internacionalmente- las leyes siempre surgen de la voluntad popular. Pero incluso dando por válido tan burdo eslogan, la única voluntad a tener en cuenta en cuestiones fundamentales -cambio de modelo de Estado, modificación de fronteras o ruptura de la integridad territorial-, es la del pueblo español en su conjunto, depositario de la soberanía nacional.

Octavo.- Defenderás que no permitir la independencia es antidemocrático, a pesar de que los artículos 1.2 y 2 de la CE, son dos preceptos similares a los existentes en numerosas Constituciones del mundo que proclaman la indivisibilidad de la soberanía y del territorio, la indisolubilidad de la nación y no reconocen el derecho de secesión territorial.

Nueve.- Defenderás que sólo un 35% de votantes de la Constitución vive aún, a sabiendas de su absurdo (veánse algunas constituciones democráticas anteriores: Alemania 1949, Francia 1958, Italia 1947, Austria 1920, Australia 1900, Suiza 1848, Bélgica 1831, Noruega 1814, EEUU 1787).

Y diez.- Pitarás siempre el himno nacional y al Rey en cualquier evento deportivo porque sabes que no te traerá ninguna consecuencia legal…