Esta boca es tuya

Antonio Cambril

cambrilantonio@gmail.com

Así que pasen 15 años

La llegada del legado fortalece la envergadura cultural de Granada y su brillo ensombrece los errores

El viernes regaló una maravillosa noticia, la llegada del legado de Federico García Lorca a Granada. Ocurrió quince años después de que se iniciara el proceso para repatriar la herencia del autor español más afamado del siglo XX y de la evaporación de unos cuantos millones de euros destinados a la construcción del edificio de la Romanilla que servirá de sede a los documentos y a las actividades relacionadas con él. El acontecimiento fortalece la envergadura cultural de Granada y su brillo ensombrece los errores. La decisión de que el futuro director sea elegido mediante concurso público informa de que la asunción de los yerros pasados dificultará su repetición en el futuro. El legado ya casi es público, dentro de tres años, cuando acabe el extraño alquiler destinado a cuadrar las cuentas, no dependerá en exclusiva de un patronato, el de la Fundación, en el que, junto a la familia y algunos intelectuales reputados, se ha sentado un grupo de mecenas con nombres más propios de las revistas económicas que de las páginas culturales de los periódicos. El alcalde obtiene una foto que considera capital para afrontar con posibilidades de éxito las próximas elecciones, la otra es la llegada del AVE. El consejero y el delegado provincial de Cultura aprovecharon para hinchar pecho y coincidir en el tópico: "El de hoy es un día histórico para Granada y Andalucía". Y algún escritor destacó el esfuerzo de los herederos para recopilar y guardar con mimo el material relacionado con su vida o su obra.

Poco antes de la llegada de los fondos, Cuenca hizo otro posado, aunque de perfil. Todos los partidos políticos, con la excepción del PSOE, apoyaron en el Pleno la moción del PP de acudir a Fiscalía para que investigue las irregularidades, si las ha habido, a lo largo de estos años. La decisión es de justicia: el cuidado de los bienes de todos es, al menos, tan importante, como la recuperación del legado. Baldomero Oliver, uno de los concejales más capaces del Gobierno municipal, comentó que "se trata de cubrir de basura el legado y la memoria del poeta". Una frase desgraciada y ofensiva para los ciudadanos que pretenden averiguar si alguien emponzoñó el proceso usando el nombre de Federico en vano y provecho propio. La reconciliación ha llegado. Es hora de precisar que a Lorca no lo mató la ciudad. Fue asesinado por un grupo de desalmados. Y hubo gente significada de la derecha que abogó por él y trató de protegerlo escondiéndolo en su casa. ¡Bienvenido!

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