Museo Picasso Málaga | Teatro del Soho

Una Comedia del Arte para Pablo Picasso

  • El Museo Picasso acogerá en mayo la exposición ‘Arlequín’ en paralelo a la representación del ‘Arlecchino’ de Goldoni en el Teatro del Soho

‘Arlecchino servitore di due padroni’, el montaje del Teatro Piccolo de Milán.

‘Arlecchino servitore di due padroni’, el montaje del Teatro Piccolo de Milán. / Maslar Pasquall

¿Quién es Arlequín? La Historia sitúa el origen del personaje en la Comedia del Arte que prendió en Italia en el siglo XVI, aunque hay abundantes referencias medievales a la prefiguración de Arlequín como síntesis de diversas deidades mitológicas. La Comedia del Arte, heredera de Terencio, lo sitúa habitualmente entre los criados, junto a Brighella y Colombina, pero su personalidad es bien compleja: tragón sin mesura, acosador, grosero, cruel a veces, otras traidor, puede llegar a mostrar empatía y afecto ante otros personajes que sufren la injusticia. Las reacciones de este acróbata saltarín son imprevisibles y pueden oscilar entre la ternura y la violencia con pasmosa facilidad. En cuanto a su apariencia, todo es cambiante, proteico, en correspondencia con el mundo clásico del que procede: con su especie de disfraz tejido a base de rombos (atribuido al actor Tristano Martinelli), Arlequín, como buen hermafrodita, es a la vez hombre y mujer. Su máscara, imprescindible en la Comedia del Arte, mezcla rasgos del gato y el mono y hace del personaje el perfecto bufón, tan pícaro como cínico. No es extraño, por tanto, que Picasso adoptara a Arlequín como alter ego junto al Minotauro y otras figuras mitológicas: aunque desde mediados del siglo XIX el personaje era un argumento recurrente entre impresionistas primero y cubistas después, el malagueño llevó a Arlequín a un territorio propio ya desde sus primeras representaciones en pleno periodo azul, a comienzos del siglo XX, pero especialmente en el periodo rosa, entre 1905 y 1907. Picasso veía en esta criatura la encarnación de cierta inocencia infantil que aspira a romper las normas, a reconvertirse en una especie de reverso oscuro. Cultivó Picasso a Arlequín durante muchos años (en 1925 pintó un retrato de su hijo Paulo caracterizado como el personaje), si bien uno de los ejemplos más hermosos e influyentes sigue siendo el Arlequín que pintó en 1917 y que se conserva en el Museo Picasso de Barcelona. El mismo que protagonizará el próximo mes de mayo en el Museo Picasso Málaga una exposición sobre la influencia de Arlequín en el artista.

'Arlequín' (1917), de Pablo Picasso. 'Arlequín' (1917), de Pablo Picasso.

'Arlequín' (1917), de Pablo Picasso. / Museu Picasso Barcelona

Bajo el título Arlequín, la muestra podrá verse del 7 de mayo al 7 de junio y, además del cuadro prestado por el museo barcelonés, reunirá grabados del mismo tema procedentes de las Suites 347 y 156, cedidos en préstamo por la Fundación Bancaja, además de fotografías y otros documentos. La exposición quedará completada con una selección de vestuarios, piezas de atrezzo y otros elementos de la Comedia del Arte cedidos por el Teatro Piccolo de Milán. Y es que la propuesta se desarrollará en paralelo a la representación en el Teatro del Soho Caixabank, del 21 al 23 de mayo, de Arlecchino servitore di due padroni, la obra escrita por Carlo Goldoni en 1745, con la histórica producción dirigida por Giorgo Strehler que se viene representando ininterrumpidamente desde la misma inauguración del Teatro Piccolo, en 1947. Desde entonces, el Arlecchino de Strehler ha contado más de tres mil funciones en cuarenta países y es ahora cuando llega por primera vez a Málaga. Lo hará de la mano del ex director del Teatro del Soho, Lluís Pasqual, quien diseñó la primera programación del espacio y quien junto al director del Museo Picasso Málaga, José Lebrero, estableció esta sinergia entre los dos centros.

El Teatro del Soho acogerá el histórico montaje que inauguró el Teatro Piccolo de Milán en 1947

El Museo Picasso presenta una exposición más pequeña que sus producciones habituales que, no obstante, propondrá un viaje a las mismas raíces de la Comedia del Arte con una ambientación ciertamente teatral, merced a la aportación del Teatro Piccolo. En cuanto al Arlequín de Picasso, cabe recordar que el artista lo pintó en Barcelona tras un viaje a Italia, entre junio y noviembre de 1917. El modelo para este arlequín fue Léonide Massine, coreógrafo y bailarín de Parade (el ballet de Satie estrenado en el mismo 1917 para el que Picasso diseñó los vestuarios y la escenografía) y gran parte de las obras de los Ballets Rusos de Diaghilev. En 1919, Picasso cedió la obra a los museos de Barcelona, un gesto que posteriormente resultaría definitivo para la creación del Museo Picasso Barcelona. En 1970, además, el malagueño regaló al mismo museo uno de los primeros bocetos del cuadro.

En cuanto a Arlecchino servitore di due padroni, su estreno en 1745 se debió principalmente al interés por la Comedia del Arte que perduró durante el siglo XVIII, especialmente en Venecia, la ciudad donde nació y trabajó Carlo Goldoni antes de su traslado a París. Curiosamente, Goldoni no era muy afín a la Comedia del Arte, sino que prefería un teatro más serio y adulto. Su Arlecchino se debió así, en gran medida, a la obligada satisfacción del gusto del público, aunque Goldoni accedió al mismo a través de una comedia más madura y que en gran medida conservaba su sello como dramaturgo. Así, si en la Comedia del Arte la improvisación era un recurso habitual, Goldoni presentó un texto cerrado que los actores debían interpretar tal cual, sin licencias. Paradójicamente, Arlecchino servitore di due padroni ha pasado a la Historia como la muestra más fidedigna, popular y conocida de la Comedia del Arte, gracias en parte al montaje del Teatro Piccolo que tendrá en Málaga nueva casa. 

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