Durante varias temporadas, al Sevilla le ha ido bien la apuesta por el fútbol francés. Buen conocedor de ese mercado, a Monchi no le ha ido nada mal rebuscar con tino en la Ligue1, ya sea con jugadores con sangre gala pura, como productos de la diversidad de dobles nacionalidades que conviven en el país vecino y extranjeros que se han dado a conocer en ese campeonato. Desde Keita, pasando por Gameiro, Krychowiak, Kolodziejczak, Dabo, Rami, Tremoulinas, N'Zonzi, Mariano... son algunos ejemplos de futbolistas de habla o cultura francófona que se han adaptado con facilidad y han rendido en el Sevilla.

En los últimos años al amparo de Emery y su cuerpo técnico -su segundo, Juan Carlos Carcedo, jugó tres años en Francia-, fue un perfil de futbolista con el que la dirección deportiva acertó casi en pleno.

Ahora, sin querer desde luego dejar de lado este mercado, la llegada de un nuevo entrenador, aunque sea por puro subconsciente, ha variado esta tendencia hasta llevarla a otro extremo. Desde luego, esto es así desde que el fútbol es fútbol y los criterios de la secretaría técnica tienen que convivir con los del entrenador. En este caso, la llegada de Sampaoli ha supuesto un giro y el punto de mira ha pasado de Francia a Sudamérica para, en alguna medida, contentar las peticiones de un entrenador que, por su experiencia, conoce mejor el mercado de más allá del océano que el europeo.

Para empezar, la llegada de Kranevitter, primera incorporación realizada con éxito desde que Sampaoli es entrenador del Sevilla, coloca al primer argentino en el vestuario y puede que no sea el último. Igual que ha pedido que Pareja se quedara cuando el defensa argentino estudiaba una oferta del Espanyol por más años de los que le quedaban en el Sevilla, también habría frenado la salida de Cristóforo (quien no tenía asegurada su continuidad con Emery) y ha puesto sobre la mesa varios nombres con el sello del fútbol de Sudamérica. Monchi y su equipo tratan de contentar las peticiones de su entrenador y, sobre todo, ajustarlas a los informes que desde hace años permanecen en el club, de los mejores y más completos por personal, horas y años de dedicación.

El caso de Kranevitter es uno, un jugador que ya llamó la atención de Monchi en su época en el River Plate. Pero promete no ser el único. La opción de Vietto, por el que el Sevilla habría pedido la cesión al Atlético, es otra referencia, mientras que la presencia del brasileño Ganso entre las peticiones de Sampaoli no deja de estar ahí levantando no pocas dudas por la inversión a realizar.

Franco Vázquez se ha sumado en los últimos días como opción alternativa a la negociación con el Sao Paulo por Ganso. La prensa italiana asegura que el Sevilla está tratando de rebajar las pretensiones del Palermo por el organizador argentino, aunque con pasaporte italiano. Paralelamente a estas operaciones que parecen haber sufrido algún acelerón desde la llegada de Sampaoli, sorprende en el entorno sevillista cómo otros jugadores marcados muy en rojo en la planificación han visto frenadas las negociaciones sobre su llegada.

Praet, quien había llegado a un acuerdo particular con el Sevilla, dice no tener noticias de Monchi desde hace semanas y lo mismo ha ocurrido con otros como Ben Yedder, o el joven italo-guineano del Bolonia Diawara, de ser primera opción a ser adelantado por Kranevitter y Roque Mesa.