Si hay una imagen que define el Viernes de Dolores en San Fernando es la que brinda la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno en el vía crucis que en esta jornada -así lo manda la tradición isleña- realiza por las calles de la feligresía de la Iglesia Mayor. 

La imponente talla del Regidor Perpetuo ha salido del templo pasadas las ocho y cuarto de la tarde para adentrarse en su barrio por la estrechez del Callejón de la Soledad. Como siempre que el Nazareno se echa a la calle, ha sido un momento especialmente concurrido a la par que solemne y sobrecogedor. Numerosos isleños se han congregado en torno a la Iglesia Mayor para ver salir del templo al Señor precedido por sus hermanos y portado en su parihuela por sus cargadores mientras se iniciaba el rezo de las estaciones del vía crucis. 

La imagen -recientemente restaurada por Pedro Manzano, que le ha devuelto la policromía del siglo XIX- ha presidido este acto penitencial ataviada con una sencilla túnica lisa morada, algo muy propio también de esta jornada del Viernes de Dolores. 

El vía crucis de Nazareno en esta tarde-noche señala además en pleno centro de La Isla el final de la espera y la ya inminente llegada de un nuevo Domingo de Ramos. Y ese presagio de una Semana Santa a punto ya de materializarse reina en el ambiente cofrade que acompaña a la gran devoción de La Isla en estos momentos de recogimiento y oración. Antes de que todo empiece. 

Momento en el que sale la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Iglesia Mayor para presidir el vía crucis en San Fernando.