La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

Andalucismo

Para ser un buen andaluz no es necesario acreditarse ante el régimen socialí como buen seguidor de su progresía

El socialismo atrapó Andalucía para su interés electoral y partidario tras el referéndum del 28 de febrero de 1980, y no la suelta ni está dispuesta a compartirla. Tanto es así que, propietarios como dicen ser de la Andalucía democrática, este año celebran esta efeméride histórica de nuestra autonomía el 4 de marzo, que es cuando a Susana Díaz le viene mejor para su agenda federal. Ella ahora está en lo suyo y si le interesa este día para algo es por marcar rumbo propio y distinguirse con el protagonismo que no quiere compartir con nadie.

En el PSOE-A nos han acostumbrado hace tiempo ya a hacer del 28-F un elemento más del paisaje de finales de febrero, con diferentes protocolos repetidos y escasamente emocionantes, porque lo que les interesa no es que estemos todos en la celebración de la que consideran su fiesta, sino señalar quienes, según ellos, la hicieron posible. O sea, ellos mismos. Es su obsesión, como garantes del régimen que son.

Será difícil verlos en el acuerdo con los demás si ello implica ceder margen del poder que creen suyo para siempre. Sus acuerdos no van a llegar para desmerecer al régimen, sino para reforzarlo. No esperemos de ellos la cesión que implique algún atisbo de generosidad por su parte. Como mucho algunas migajas de su poderío. Y punto. Que le pregunten a PA o IU que de ese desdén egoísta algo han podido sufrir en sus carnes.

En esa jornada de celebración del furor susanista no les vamos a oír hablar nada del problema del paro que no para de ser una mala noticia para los desempleados jóvenes andaluces. Y para los de más edad también. Será complicado oírles reconocer alguna culpabilidad sobre la corrupción de los ERE que ha puesto sobre Andalucía el foco permanente de la vergüenza. De su ataque tijera en mano hacia la sanidad pública, y del intento de tijeretear sin rubor alguno el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos tampoco creo que hayan previsto párrafo alguno que no sea el de echar la culpa de Despeñaperros hacia arriba. En nuestra autonomía lo bueno que pasa siempre es socialista, y lo peor es culpa de Aznar o Rajoy, Trump, Bush o Merkel.

El andalucismo no es una demostración de fervor partidario, no es esa ocasión que pintan calva, sobre el blanco y verde de nuestra bandera, para soslayar, ningunear o intimidar a los andaluces que aspiran a sustituir a quienes gobiernan. Para ser un buen andaluz no es necesario acreditarse ante el régimen socialí como buen seguidor de su progresía, ni atribularse del cante de izquierdas o derechas que se miren con recelo y distancia. No se expiden carnés de buen andaluz con examen previo de los propietarios porque la libertad no tiene más frontera que su defensa.

Y a mí, y a muchos andaluces más que conozco nos gustaría que esta tierra aprovechara mejor el enorme potencial que acredita. Que hubiera más oportunidades para quienes desean invertir aquí su dinero. Que el control de un gobierno se limitara a no invadir los derechos de quienes pedimos a los gobernantes que no molesten mucho a la libertad. Que el día de Andalucía empiece en enero y acabe en diciembre. Cada año. Y que nos permitan ser buenos andaluces aunque no votemos PSOE. Y usted que lo lea.

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