La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

La M

La única inauguración debería ser poner en marcha el servicio y dejarse ya del ridículo teatrillo de delegados junto a Paco Cuenca

Los delegados de Susana Díaz en Granada y el alcalde de la ciudad han inaugurado la 'M' del metropolitano. Ya sólo les quedan cuatro fonemas más que inaugurar antes de echar a andar regularmente el tranvía, al que todos llaman metro. La suerte es que la palabra Metro es corta. De lo contrario les tocaría inaugurar letra a letra hasta agotar el vocablo.

Es el estilo de la casa progresí, la costumbre que tienen de dejarnos constancia de su presencia "salvadora" en los presupuestos de nuestra Junta de Andalucía. Imagínense si en vez de Metro le llamaran suburbano, o acabaran adoptando el palabro completo de metropolitano en vez de su apócope. Íbamos a tener inauguraciones hasta en el plato anterior a la sopa.

Un lustro de retraso y nueve años de obras no han podido ser suficiente motivo de rubor como para pedir disculpas a los comerciantes puteados por la impericia política de programar unas obras con la pompa y el boato del inicio, pero sin el santo y seña del final de las mismas. Al contrario, parecieran jactarse de ello, a costa de ellos. Confían en el olvido ciudadano como instrumento de prestigio.

Los delegados de Susana en Granada hacen alarde de esa continua queja ciudadana hecha auto selfi grupal por la que los que pagan impuestos recelan tanto de su clase dirigente; por la que ven a los políticos con la distancia misma con la que algunos políticos los tratan.

Este tranvía metropolitano, de nombre Metro, es ese proyecto sempiterno de nuestro socialismo gobernante cuyas obras tuvieron el logro de involucrarse en la normalidad de un paisaje más de nuestra ciudad, empantanados como nos tuvieron durante tantos años. Ahora nos ofrecen su entrega como servicio público, letra a letra, conductor a conductor, azafata a azafata, como si reírse de la gente no fuera una cuestión puntual, sino un énfasis agotador del que hacer apología, foto a foto, estación a estación, calle a calle, andén a andén.

El Metro de Granada es un transporte de cuya calidad, puntualidad, velocidad y precio final del billetito va a depender su éxito. Pero lo que no podemos ver con normalidad es ese apego a la inauguración cortita, que de cinta en cinta va, y ninguno se la queda, como una falsa monea.

La única inauguración pendiente debería ser la de poner en marcha el servicio de una vez, y dejarse ya del ridículo teatrillo de delegados junto a Paco Cuenca como representantes de Susana en Granada, recorriendo andenes y presentando uniformes, sin más intención que la de hacer propaganda a su electorado, sin pensar ni importarles nada la rémora que eso aporta a la credibilidad política pendiente de los últimos años. Y usted que lo lea.

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