Esta boca es tuya

Antonio Cambril

cambrilantonio@gmail.com

Canal Sur, horror

Con prisa pero sin pausa, la televisión andaluza ha proyectado una imagen de arsa, miarma y olé

Desde su creación en 1989, Canal Sur ha defraudado todas la expectativas hasta lograr convertirse en lo que es ahora: un estorbo para el zapping. Con prisa pero sin pausa, la televisión andaluza ha fomentado la desafección territorial, ha multiplicado hasta límites insospechables la propaganda institucional y, con la inestimable ayuda de un buen número de presentadores de variedades que ejercen de andaluces profesionales magníficamente pagados, ha proyectado una imagen penosa de arsa, miarma y olé de la Comunidad. Don Guido, aquel personaje machadiano tan aficionado a la sangre de los toros, al humo de los altares y a refrescar manzanilla, la hubiera disfrutado mucho. El domingo pasado, por citar un día emblemático, La Nuestra programaba a las 10:50 la retransmisión desde Sevilla de una exhibición de enganches (duró dos horas). A continuación emitía Toros para todos, incluso para los que repudian la fiesta. Una hora después arrancaba el desinformativo de las 14:30. A las 16:25 estrenaba una serie documental con Juanito Valderrama. Y después ponía Andalucía y sus niños en manos de la inefable pedagoga María del Monte con la redifusión del programa cultural Yo soy del Sur, peques. En toda la jornada, ¡oh, milagro!, no había ningún espacio dedicado a la alegre senectud rural, en la que el PSOE andaluz conserva su mayor caladero electoral, ni a los gordos a régimen ni al Festival Internacional de Música y Danza de Granada, cuya presencia en la RTVA es ínfima si se la relaciona con los carnavales de Cádiz, la feria de Sevilla o la romería del Rocío. Contemplando la imagen de esta Andalucía jaranera y resacosa entran unas ganas irresistibles de cambiar la letra del himno y sustituir el "Andaluces levantaos, pedid tierra y libertad" por la no menos célebre "Andaluces levantaos, que se hace tarde para echar la siesta".

Avanzo. El director provisional acumula más años en el cargo que muchos de sus antecesores fijos y amenaza con destrozar todos los récords. Los miembros del Consejo de Administración, que llegó a presidir un neurocirujano con carné del PSOE, no han sido sustituidos pese a que hace ya bastante que deberían haber entrado representantes de Podemos y Ciudadanos. El presupuesto es desmesurado y la difusión, el share que todo lo justifica, es ínfima. Un auténtico despropósito de televisión cuya existencia, si no se le da la vuelta como un calcetín a la programación, no sólo no se justifica, sino que es altamente nociva para la imagen de Andalucía y la salud mental de sus habitantes.

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