La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

El aplauso

En Europa no se fían de Sánchez, quien podría mentirles hoy con el mismo desparpajo que ya lo hicera a los españoles

Aquel aplauso del Gobierno a quien lo preside, y que lo nombrara, tuvo de espontáneo lo mismo que improvisadas podrían llamarse esas risas enlatadas que adornan algunos shows de televisión. Fue un momento difícil de entender por quien mire la política sin la ceguera del color propio. Con la distancia que permite la equidistancia, deberían preguntarse si era necesario exhibirse así. Pero, al parecer, la vergüenza de nuestros instituidos gobernantes ha limado su espesor hasta quedar como una fina fibra, casi inexistente.

Fue una escena más del entremés con el que la propaganda del gabinete monclovita, conocedor de la verdad y todos sus detalles, pretende sustituir la cruda realidad de la crítica situación española.

Porque el aplauso televisado tapa la desazón del pueblo, anima tristezas y reviste de esperanza, mucho más de lo que lo haría contarlo como el gobernador del Banco de España, un señor en permanente deuda con su ética profesional: "las ayudas europeas sólo son el remiendo de, como mucho, el 10% del problema económico español". El 10.

No cuentan, tras el aplauso, que la auténtica batalla contra la mutualización de esa gigante deuda de 750.000 millones que la UE acometerá colectivamente, se dio por cinco países, los frugales, de los cuales, tres, Suecia, Dinamarca y Finlandia, tienen gobernantes socialdemócratas. ¿Les llamarán también fachas?

No dicen, aplaudidores impulsivos, que la cesión importante de Sánchez para lograr el acuerdo, llegó tras reducir el volumen de subvenciones de las inicialmente previstas, del medio billón de euros a 390 mil millones (72.000 para España) y, además, se reforzó la vigilancia sobre el uso de estos fondos.

No, no nos cuentan que el aplauso también va dirigido a una condicionalidad muy novedosa en este tipo de acuerdos. Si un país de la UE tiene dudas sobre el uso que hace un socio de los fondos en virtud de los planes nacionales de recuperación, que deberán presentar antes del desembolso, podrá pedir que los 27 miembros de la UE corten el grifo hasta que las reformas comprometidas estén en el BOE.

O sea, que en Europa no se fían de Sánchez, quien podría mentirles hoy con el mismo desparpajo que ya lo hiciera antes a todos los españoles. Y que vendrán recortes, sin duda. Aplausos señores, olé ahí esas palmas.

¿Aplaudían también a Merkel, Lagarde o Van Der Leyen, tres mujeres del PPE claves para lograr el acuerdo? Prefieren criticar al PP de Pablo, norma tan recurrente de Pedro, desde siempre.

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