La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

Las vacaciones de Cifu

Antes la ideología reunía a la gente en torno a las ideas. Hoy, las ocurrencias les están ganando el terreno

En política, nada más fácil de encumbrar hasta la cima de la polémica más estulta que aquello que genera discusión entre quienes sólo se nutren de titulares para informarse, o para desinformar a la multitud. Hay quien lo llama populismo, aunque sea más propio llamarlo comodismo. Desenfocar el tema con obviedades y repetitivas frases de fácil asimilación, además de asegurarte un trending topic tuitero, qué ilusión, evita que se hable de lo tuyo, de lo que más puede perjudicar a quien inventa el debate, de la escasa aportación del polemista a las buenas ideas del bien común.

De ahí que se haya generado esa polémica ñoña, iniciada por la izquierda más cañí que dice ser la nueva política y la esperanza de nuestro país, tras anunciar Cristina Cifuentes que este año tampoco se iba de vacaciones, que prefería quedarse en su despacho de la Puerta del Sol.

Era la vela que le quedaba que encender a este caluroso verano de julio. Y de su llama han empezado a encenderse un puro habano quienes viven de la polémica fatua y pueril, la más sencilla de manejar, tan avenezolados como se les ve. Es como si la presidenta de la Comunidad de Madrid les hubiera abierto la puerta del debate a un sinfín de aburridos tuiteros y políticos en franca huelga de ideas para sus tuits, y salir a la caza del pepero, deporte tan de moda en redes sociales.

La vacaciones en España son un derecho, que no es obligatorio ejercer. Quedarte trabajando es tu elección, ejercer tu libertad. Eso de la ejemplaridad, ¿no vale demostrarlo quedándote a trabajar en los meses de verano? Ayer oí a una actriz famosa entrevistada en una radio. Se alegraba de que este verano no tendrá vacaciones; que no le importaba porque hace lo que más le gusta, dijo. Pues eso mismo ha dicho Cifuentes, sin ser actriz, y la que le han liado.

A Cifuentes la critican por una decisión, dicen que demagógica, los mismos que tienen un selfi siempre preparado para hacer política de parchís: ya saben, hacer dos y contarnos veinte por su trabajo. La ponen verde por propagandista los mismos que van de foto en foto, de zanja en zanja, inaugurando letras y estaciones del Metro de una en una, o de quienes permanecen en su puesto de representación política a pesar de haber superado ampliamente su edad de jubilación.

Antes la ideología reunía a la gente en torno a las ideas. Hoy son las ideas las que han dejado de pertenecer a la ideología. Les está ganando el terreno las ocurrencias, esas que dicen que no hacer vacaciones es de derechas, que Otegui es hombre de paz y Bódalo todo un ejemplo de lucha obrera.

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