José María Bellido | Presidente de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias

"Los ayuntamientos necesitamos tener certeza sobre los impuestos locales, saber en qué marco fiscal nos movemos"

José María Bellido, presidente de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias y alcalde de Córdoba

José María Bellido, presidente de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias y alcalde de Córdoba / Juan Ayala

José María Bellido, alcalde de Córdoba, tomó posesión hace poco más de cinco meses como presidente de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias. El primero del PP, de la mano de la oleada popular que dio la vuelta al mapa municipal en Andalucía y todo el país. En esos cinco meses ha tomado la bandera de la financiación que esgrimieran sus antecesores, pero también la de la fiscalidad, el agua, las infraestructuras o el medio ambiente. El último charco en el que se ha metido ha sido el de la polémica tasa turística. 

Ha abierto la caja de pandora de la tasa turística y las posturas están igual de encontradas que hace años. El propio consejero de Turismo se mostró hace unos días en el Parlamento andaluz en contra de la tasa, pues asegura que es un “tapón” para el turismo.

En Andalucía hay todo tipo de circunstancias. Alcaldes y alcaldesas que piensan que en su municipio puede ser perjudicial una tasa turística, otros donde es indiferente y otros donde la ven necesaria para financiar algunos gastos ocasionados a los servicios públicos por el turismo, para garantizar su sostenibilidad futura y la calidad de vida de sus vecinos. Es un asunto que merece una reflexión y por eso vamos a sentarnos con empresarios y Junta de Andalucía, como ha invitado a hacer el presidente de la Junta, para tratar de comprender todos las diferentes visiones y posturas al respecto y aportar por nuestra parte posibles medidas de futuro.

Se parte de la idea de un consenso con los empresarios, pero los hoteleros ya han expresado su oposición total a instaurar la tasa. ¿Cómo se puede alcanzar un acuerdo con ellos? ¿Se plantea un escenario en el que se posibilite la creación de la tasa aún sin acuerdo?

Partimos de una realidad en la que nada se puede imponer. No tendría sentido imponer una tasa donde se considera perjudicial, pero tampoco conviene desechar la realidad que algunos alcaldes y alcaldesas manifiestan sobre la necesidad de cobrarla en sus ciudades. Y todo esto hay que conciliarlo con la opinión de todos los agentes implicados en el turismo.

"No tiene sentido imponer una tasa turística donde se considera perjudicial, pero tampoco hay que olvidar a los alcaldes que la reclaman para sus ciudades"

Han pasado cinco meses desde su toma de posesión. ¿Cómo ha encontrado la Federación Andaluza de Municipios y Provincias?

Yo me he encontrado una FAMP con un funcionamiento muy asentado por los trabajadores que hay allí, que son quienes dan continuidad, independientemente de los presidentes y de los colores de los partidos. Y he aprendido en estos meses cuestiones que me han sorprendido. La FAMP tiene un protagonismo enorme en Andalucía, en la relación con el Parlamento; tiene que informar toda la legislación que afecta a los ayuntamientos y eso genera una cantidad de trabajo enorme. Es una carga de trabajo que tiene la FAMP, pero que es muy positiva para los ayuntamientos, porque nos da una oportunidad de participar. Y también he comprobado la buena salud financiera que tiene, tenemos una entidad absolutamente saneada que nos va a permitir afrontar el reto de la nueva sede, algo que francamente es muy necesario.

La economía de la FAMP está saneada. Pero ¿y la de los municipios? Su primera reivindicación, como la de sus antecesores, ha sido la mejora de la financiación municipal.

La situación general de los municipios andaluces es buena. Después de la reforma legislativa que hubo en el Gobierno de Mariano Rajoy tenemos tantos controles a la hora de ejecutar el gasto y tanta regla fiscal que es muy difícil que haya una situación financiera negativa. Por lo general, la economía de los ayuntamientos está saneada. Nosotros no pedimos una reforma de la financiación porque estemos mal económicamente, el problema es que se nos exige una sobrecarga en nuestras competencias, porque acabamos asumiendo tanto lo que por ley es nuestro como lo que no es. Si en un colegio de cualquier municipio andaluz hay un problema de mantenimiento, al final lo que hacen la inmensa mayoría de los alcaldes es arreglarlo sin entrar en disputas sobre de quién es la competencia. Eso nos lleva a que, aunque estemos bien económicamente, tengamos que sacrificar otras políticas porque asumimos algunas que no son nuestras. Aquí hay unanimidad en la FEMP y la FAMP: lo que queremos es que ahora que parece que se va a abrir el debate de la financiación autonómica, se hable también de la financiación local. No hagan un debate de cómo se van a financiar las autonomías y otra vez los ayuntamientos y las entidades locales nos quedemos fuera.

José María Bellido, presidente de la FAMP y alcalde de Córdoba, en el balcón del Ayuntamiento José María Bellido, presidente de la FAMP y alcalde de Córdoba, en el balcón del Ayuntamiento

José María Bellido, presidente de la FAMP y alcalde de Córdoba, en el balcón del Ayuntamiento / Juan Ayala

Ligadas a la reforma a la financiación, reclama seguridad y certidumbre en la fiscalidad. ¿En qué se traduce?

Independientemente de lo que cada uno defendemos en nuestro partido, en los últimos años los impuestos que han ido cayendo por resoluciones de diversos tribunales son impuestos locales. El que todo el mundo conoce es la plusvalía; ese impuesto, independientemente de lo que cada alcalde haga con él, está ahora mismo en solfa por una resolución del Tribunal Constitucional. Se discute también el Impuesto de Actividades Económicas en algunos epígrafes. Si a los ayuntamientos no se les da otra alternativa de financiación, hay una pérdida de recursos. Entonces, ¿qué es lo que queremos transmitir?, esto también por unanimidad de todos los partidos, tanto en la FEMP como en la FAMP. Lo que queremos es que nos digan en el marco de esa financiación qué recursos vamos a tener por transferencias de otros impuestos del Estado y que haya certeza y seguridad sobre los impuestos locales, saber en qué marco fiscal nos movemos, porque ahora mismo estamos en una inseguridad importante. Luego cada uno los utilizará en función de su planteamiento político, ideológico, programático. No es normal que tengamos que vivir el día a día pensando si vamos a tener ese impuesto o no, o si vamos a tener que devolverlo.

Ha remarcado en varias ocasiones a lo largo de la entrevista la unanimidad de los ayuntamientos de diferentes signo político en torno a sus reivindicaciones. Pero después los partidos no aplican en el Gobierno esos acuerdos que toman sus alcaldes.

Seguramente la voz de los ayuntamientos no ha tenido nunca la fuerza que merece. Desde esa primera descentralización que no llegó a los ayuntamientos hasta la reforma de la financiación local, que nunca se ha abordado. Ocurre con la Ley de Presupuestos Generales del Estado, para la que se acuerdan una serie de alegaciones que salen al 80% por unanimidad de todos los grupos que estamos allí representados, que prácticamente somos los mismos del arco parlamentario, pero luego, prácticamente no se acepta ninguna. Porque el Gobierno de turno viene con su presupuesto hecho, tiene otras prioridades, lo ha acordado ya con el resto de grupos parlamentarios. Necesitamos más peso en la agenda institucional. Ahora ya los ayuntamientos estamos representados en la Conferencia de Presidentes autonómicos y tenemos que seguir avanzando así en las conferencias sectoriales. En ese sentido hay un modelo, el andaluz, que a mí me parece muy avanzado, en el que los municipios tienen que opinar y si hay desacuerdo se establecen una serie de mecanismos posteriores de negociación, conciliación de intereses, hasta alcanzar una postura común. Sería muy bueno que ese ejemplo andaluz se exportara al resto de España.

"Una mayor descentralización beneficiaría al ciudadano. Redundaría en un gasto más eficiente y, sobre todo, le acercaría la fuente de la toma de decisiones"

Las competencias impropias son la queja eterna de los ayuntamientos, ¿se trata de un problema normativo o de aplicación de la legislación existente?

Los dos. Primero, nunca hemos llegado a definir la realidad de lo que hacemos en el día a día de los ayuntamientos, no se corresponde con lo que está en la norma. Y eso habría que arreglarlo. Y que venga también financiación para eso que ya estamos haciendo. El vecino no entiende de competencias. Si tiene un problema, viene a la puerta del Ayuntamiento, te lo cuenta y evidentemente nosotros lo que queremos es darle respuesta. Se juntan las dos cuestiones y por eso la reforma tiene que ser profunda. Tiene que aclararse bien el marco competencial, también es cierto que en Andalucía, después de la Ley de Autonomía Local de Andalucía, está algo más avanzado. Hay cuestiones en las que una mayor descentralización beneficiaría al ciudadano, porque redundaría en un gasto más eficiente y, sobre todo, en que el ciudadano tuviera más cercana la fuente de la toma de decisiones. Yo pongo el ejemplo de los fondos europeos, que han venido condicionados, no se pueden gastar en lo que decidamos. Podemos estar de acuerdo en gastar en descarbonización, pero deberían habernos preguntado antes cómo, en qué concretamente. Al no hacerse así, muchos de esos fondos se pierden.

Una de las grandes competencias de los municipios es la de abastecimiento de agua, para la que hay distintos modelos pero en la que ha habido bastantes problemas en los últimos años. ¿Requeriría también algunos cambios?

Desde la FAMP en el modelo de gestión de cada ayuntamiento no vamos a entrar. Donde sí podemos ayudar es en medir las inversiones. A pesar de esa escasez de agua, donde ahora mismo hay problemas de suministro es por la falta de inversión. Aquí tiene que tener protagonismo la Junta de Andalucía, pero también los organismos de cuenca, hay que tomar medidas de aguas regeneradas y dar financiación a los ayuntamientos. Hay que construir más infraestructuras de todo tipo, desde pantanos a conexiones, desaladoras. Si no se invierte en agua, milagros no puede hacer nadie.

José María Bellido, durante la entrevista en el Ayuntamiento de Córdoba José María Bellido, durante la entrevista en el Ayuntamiento de Córdoba

José María Bellido, durante la entrevista en el Ayuntamiento de Córdoba / Juan Ayala

Una de las cuestiones en las que ha incidido es en buscar una igualdad de todos los municipios, como forma de luchar contra la despoblación. Un objetivo muy ambicioso en una comunidad con ciudades como Málaga y muchos pequeños municipios de interior. ¿Cómo se avanza en ese sentido?

En Andalucía hay situaciones absolutamente desiguales, por tamaño, por economía, por conectividad. A lo que me refiero es que tenemos que intentar, sobre todo pensando en los municipios más pequeños, que tengan una situación en la que frenemos la despoblación. ¿Cómo podemos ayudar ahí? Tenemos un programa completo de formación y de jornadas para fomentar las políticas de lucha contra la despoblación, donde una vez más lo que hacemos es poner en contacto a todo el mundo. Después está todo lo relacionado con la inversión, los municipios tienen que estar bien conectados por carretera, tener servicios públicos y estar conectados también digitalmente. Y volvemos al modelo de financiación, si hay criterios correctores que tengan que ver precisamente en la lucha contra la despoblación. Debería ser considerada cuando se hable de la financiación autonómica y local, que haya herramientas que nos permitan tener algo más de financiación a esos ayuntamientos que están pasando por esa situación. Al final es verlo en la globalidad de todas las políticas, para que haya una corrección, digámoslo así, en toda la programación pública de inversiones y esos pequeños ayuntamientos de zonas de despoblación no estén condenados a la desaparición. Hoy en día los municipios andaluces están lejos de eso todavía, pero sí es cierto que hay comarcas que año tras año tienen una pérdida de población importante y eso hay que corregirlo.

La FEMP tiene una buena representación del PP andaluz, la FAMP está por primera vez presidida por el PP. Ante un Gobierno central de distinto signo político y la polarización existente, ¿se corre el riesgo de interpretar toda reivindicación en clave de disputa política?

Yo creo que tenemos que bajar el balón al suelo, porque ese riesgo efectivamente existe. Y además estamos viviendo un momento algo convulso en la política nacional. Tenemos que centrarnos todos en lo que nos corresponde, que es quitarnos la camiseta de cada partido y ponernos la camiseta de los ayuntamientos y trabajar porque tenemos mucho por delante y son cuestiones que afectan a nuestros vecinos. En estos meses estoy intentando ser especialmente prudente a la hora de manifestarme, para que no se malinterprete, pero claro, a veces es complicado. Y luego hay una cuestión que también tenemos que tener en cuenta, seguimos siendo miembros de nuestros partidos, entonces hay cuestiones en las que evidentemente vamos a tener una visión diferente de la del otro partido. Si a mí me preguntan por temas nacionales, por mucho esfuerzo que haga de consenso, mi visión, mi posicionamiento, será el de mi partido, porque es lo coherente. Igual que si le preguntan a la vicepresidenta de la FAMP del Partido Socialista, tendrá otra visión distinta a la mía. No compartiremos opiniones, pero creo que hay que evitar esos debates que no sirven de nada en el municipalismo y centrarnos en lo que nos importa.

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