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Los seis candidatos dan más vida al segundo debate de las elecciones andaluzas

Macarena Olona, Juanma Moreno y Juan Espadas.

Macarena Olona, Juanma Moreno y Juan Espadas. / Antonio Pizarro

A una semana de la jornada electoral, el segundo debate a seis ha sido mucho más animado, con más interpelaciones e interrupciones, más debate. Los candidatos tenían que poner el resto y en mayor o menor grado lo han intentado.

Juanma Moreno ha entrado más en el juego de un programa en el que de nuevo ha sido el objetivo de todos los demás. Cuando lo que menos le interesa es ligarse a Vox ha pasado gran parte de la noche marcando diferencias con una Macarena Olona que se empeñaba en hablarle como socio de gobierno. “Déjeme hacer mi debate”, le ha dicho en varias ocasiones. Ha esgrimido la bandera sanitaria hasta que su socio real de Gobierno, Ciudadanos, ha cambiado el juego para presumir de los datos de empleo y de crecimiento económico. Y ha terminado por contestar a la propuesta de pacto: “yo quiero un pacto con los andaluces”, que refleje la “pluralidad” de la tierra. Y cuando Olona le ha preguntado si sería su vicepresidente le ha espetado “eso es un delirio”.

A Juan Espadas ha llegado a reprocharle Juanma Moreno que viniese como “delegado de Pedro Sánchez”. El socialista ha empleado buena parte de su tiempo en destacar los resultados en Andalucía de las políticas del Gobierno central, “no esconda de dónde vienen los fondos”, ha criticado al presidente de la Junta. Sanidad, educación y la necesidad de ejecutar correctamente los fondos europeos reservados para Andalucía han vuelto a ser ejes de un discurso en la línea del anterior debate pero que ha defendido de forma más ágil.

Juan Marín ha vuelto a ser la primera línea de defensa de la actuación del Gobierno andaluz. Mientras la candidata de Vox trataba de orientar el debate y protagonizarlo por momentos, lo ha reconducido en varias ocasiones. Y ha logrado hacer bandera de la política en torno a los autónomos, la reducción de los trámites para las empresas, la creación de 18.000 sociedades en tres años e incluso ha tenido tiempo para romper el argumento a Olona cuando le ha criticado que hiciese torrijas en la pandemia. “Y me salían buenísimas. ¿Sabe usted hacer torrijas?”.

Inmaculada Nieto ha comenzado el debate de nuevo en un tono bajo. La candidata de Por Andalucía ha llegado con la intención de desgranar propuestas, y lo ha hecho, pero conforme ha avanzado la noche ha ido rebatiendo los argumentos de Juanma Moreno, participando más en el debate. También en este caso ha querido hacer bandera de las políticas de empleo del Gobierno central, de su compañera Yolanda Díaz, y ha incidido de forma continua en el daño causado por el Gobierno actual.

Macarena Olona llegaba con la intención de convertirse en protagonista y lo ha conseguido en muchos momentos. En el minuto 1 llamando al resto de partidos a aclarar con quién pactarán, sacando otro libro (no de la Junta) en el que se explica a los escolares qué es la masturbación, interpelando a Moreno, recordándole que era presidente gracias al acuerdo con Vox o en tono irónico (“has abandonado a los niños frente a esto”, ha criticado en referencia a Teresa Rodríguez). Ha explicado que Vox cambia de postura y garantiza los empleos de Canal Sur, salvo a los “enchufados”. Y no ha olvidado remarcar al final el mensaje que Vox ha reiterado en la campaña: sin entrar en el Gobierno no apoyará a Moreno.

Teresa Rodríguez ha vuelto a ser en buena medida el contrapunto de Olona, pero también ha logrado desgranar un buen número de sus propuestas, en un tono más reposado que en el debate anterior. Educación, sanidad, medio ambiente e industrialización sostenible han ido apareciendo en su discurso sin dejar pasar la oportunidad de contestar. “Somos el 18% de la población y tenemos el 26% de los parados de España”, “el negacionismo del cambio climático es incendiario”. Y una denominación que resume parte del ambiente de la noche: Iberdrolona, en alusión a las acciones de la candidata de Vox.

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