Un hombre de 24 años fue detenido el pasado domingo 6 de agosto en la localidad de Ogíjares, en el Área Metropolitana de Granada, por disparar a su padre, de 63 años, con un arma en el pecho. Esta herida le acabaría causando la muerte al progenitor pocas horas después.

Según han detallado a Granada Hoy fuentes de la investigación, el suceso tuvo lugar el pasado 6 de agosto sobre las 22:30 horas en una vivienda de la localidad ogijareña. Al parecer, el joven disparó en el pecho a su padre, dejándolo herido de gravedad y comenzando a sangrar de forma abundante. Fue el propio autor de la descarga quien avisaba a los servicios de emergencia, aunque según las fuentes el herido también trató de contactar con el 112.

El hombre fue atendido por los servicios sanitarios en el domicilio familiar y trasladado hasta el Hospital Universitario San Cecilio de Granada, situado en el PTS. Pero pocas horas después fallecía a consecuencia de las heridas de la deflagración. El hijo del fallecido era detenido entonces por la Guardia Civil mientras se encontraba en el hospital. 

Según la versión ofrecida en primera instancia por el presunto autor del disparo, este se encontraba manipulando una escopeta de aire comprimido mientras hablaba con la víctima cuando esta, por accidente, se disparó, impactando en el tórax e hiriéndola de forma grave. Una herida que a las horas le causó la muerte. 

Los agentes del Instituto Armado procedieron a precintar la vivienda y a registrarla en los días posteriores, localizando en el interior numerosas armas de aire comprimido, ya que al parecer, según han asegurado a este periódico, el detenido por el presunto parricidio es aficionado a las mismas. Todas ellas han sido intervenidas por el Instituto Armado.

Sin embargo, según las fuentes consultadas, la versión inicial ofrecida por el ahora detenido no coincide con la autopsia del fallecido, que arrojó que la muerte del padre se debió al impacto de una bala de un arma de fuego disparada contra su pecho. Esto ha descartado que el disparo recibido fuera de una escopeta de aire comprimido.

De hecho, la Guardia Civil encontró en uno de los registros a la vivienda un revólver de calibre 22 y balas de fuego, todas ellas escondidas, que corresponden a la encontrada en la autopsia al fallecido. Al parecer, el detenido tendría esta arma de forma ilícita y sin licencia de armas. A la pistola le faltaba una bala y ha sido intervenida por los agentes para someterla a los exámenes de criminalística procedentes.

Aunque el joven detenido negó inicialmente que hubiera utilizado fuego real, este finalmente reconoció los hechos al ser arrestado en el hospital, aunque sí que ha alegado que habría sido un disparo fortuito. La autopsia también ha determinado que al fallecido también se le ha encontrado un impacto superficial en el pecho por proyectil de gas comprimido.

Tras pasar dos días en las dependencias de la Comandancia de la Guardia Civil en Granada, el presunto autor del parricidio ha pasado este miércoles a disposición judicial. Ha sido el Juzgado de Instrucción número 9 de Granada, en funciones de guardia, el que ha decretado prisión provisional, comunicada y sin fianza para el detenido, acusado de los presuntos delitos de homicidio y de otro de tenencia ilícita de armas.