"El amor es un espectáculo que sólo necesita dos espectadores"

Félix J. Palma presenta en Granada 'El menor espectáculo del mundo', un libro de nueve relatos cortos con historias llenas de sorpresas y mundos increíbles

El escritor Félix J. Palma, ayer, tras la presentación de su libro en Granada.
El escritor Félix J. Palma, ayer, tras la presentación de su libro en Granada.
Jesús Arias / Granada

19 de abril 2010 - 05:00

"El amor es el menor espectáculo del mundo, porque sólo puede ser visto por dos espectadores al mismo tiempo". Bajo esa premisa ha conformado Félix J. Palma (Sanlúcar de Barrameda, 1968) su último trabajo, que presenta hoy en la Feria del Libro de Granada. El menor espectáculo del mundo es una colección de relatos breves, magíficamente hilvanados, que llevan al lector de sorpresa en sorpresa y de fascinación en fascinación.

"El nexo entre todos los relatos", dice el escritor, "es la reconquista. Yo diría que el libro es un libro de relatos de amor y desamor. Los protagonistas siempre están involucrados en una relación que se está derrumbando y que luchan por reconquistar. A veces lo consiguen. Y a veces no".

El título del libro, según su autor, busca varios significados simultáneos. "En cada relato exploro en el territorio de lo absurdo", comenta. "Los argumentos casi siempre están a punto de caer de la cuerda floja. La idea de asociarlos al circo, que está considerado el mayor espectáculo del mundo, me parecía que le iba muy bien al título. Por otra parte, el relato corto está considerado en España como un arte menor comparado con la novela. Por último estaba la idea de que el amor es el menor espectáculo del mundo".

Una niña que recibe cartas de la muñeca que ha perdido en un parque, un hombre atrapado en el sótano de su casa que asiste impotente al robo de su mundo, un hombre que se comunica con un fantasma escribiendo mensajes en el servicio de un bar, un hombre que se desdobla con cada decisión que toma... ésos son algunos de los argumentos que se pasean acechantes por las páginas del libro esperando asaltar al lector en cualquier esquina de la trama.

"El libro se ha ido gestando durante mucho tiempo", explica Félix J. Palma. "Nunca me siento y digo: 'Voy a escribir un libro de relatos'. Me limito a escribir relatos. Luego, si encuentro un nexo común entre ellos, los voy agrupando. Los relatos de este libro han sido escrito entre novelas o incluso entre otros relatos".

A la hora de definirse si es más novelista que autor de relatos, Palma es certero: "Yo soy, ante todo, un narrador de historias", dice. "Y son las historias las que nacen con su propia exigencia de espacio. Sí es cierto que me gusta mucho el relato portodo el mecanismo de relojería que tiene, por toda su precisión, por la economía de elementos que requiere".

"El cuento", añade, "no permite desarrollar tramas complejas. Cuando yo quiero narrar algo más elaborado, es cuando me planteo escribir una novela".

¿Y no le ha ocurrido nunca comenzar a escribir un relato y verlo cómo poco a poco se convertía en novela y viceversa? "No", responde el escritor, "porque yo a la hora de sentarme a escribir ya lo tengo todo en la cabeza. Yo soy de esa clase de personas que no se sienta a escribir hasta que no lo tiene todo resuelto y elaborado. Me gusta tener siempre el final de la historia en la cabeza antes de escribirla".

Félix J. Palma se dio a conocer como autor de relatos y rápidamente tuvo un enorme éxito. En la actualidad cuenta con más de un centenar de galardones, como el Gabriel Aresti, el Alberto Lista o el Miguel de Unamuno. Luego fue cuando decidió dedicarse también a la novela y no le fueron mal las cosas: con su segunda novela, Las corrientes oceánicas, obtuvo el premio Luis Berenguer en 2005.

"Antes de pasarme a la novela", señala, "yo tenía la mente adaptada para elaborar argumentos mínimos. Todo lo que me imaginaba tenía la extensión de un relato corto. Ahora me pasa exactamente lo contrario: pienso con una estructura de novela y con el estilo de una novela".

El escritor Antonio Muñoz Molina solía decir que tenía antes el título de sus novelas antes que sus novelas y el nombre de sus personajes antes que los personajes. "Lo suscribo totalmente", dice Félix J. Palma. "A mí me sucede exactamente igual. El título es lo que embotella el relato o la novela. A mí me parece importantísimo. A veces pienso que si a un relato le cambias el título, sería otro relato distinto. Los títulos son siempre muy importantes para mí, porque me dan pistas de por dónde puede ir la historia".

El menor espectáculo del mundo es, ante todo, un artefacto literario en el que la historias rayanas en la locura lo que hacen revelar los misterios del mundo una vez despojadas del corsé del racionalismo. Por eso, el escritor consigue coger al lector por las solapas desde la primera línea y no soltarlo hasta que ha devorado por completo toda su historia".

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