Autenticidad, pasión y familia: Dolcemasco celebra un año en Granada y 40 de tradición siciliana
Contenido ofrecido por Dolcemasco
La heladería festeja su primer aniversario en la ciudad de la Alhambra y cuatro décadas de historia familiar, con la ilusión de seguir creciendo sin perder la esencia que inició su abuelo en Italia
Granada es una ciudad que sabe a tradición y definitivamente de buen gusto. Es aquí, en pleno centro de esta mágica ciudad, que la heladería Dolcemasco ha encontrado un lugar donde su historia sigue escribiéndose con la misma dulzura con la que empezó hace cuatro décadas en Sicilia.
Este sábado, Dennis y Marco Dolcemasco celebran un doble aniversario cargado de emoción: un año desde que abrieron sus puertas en la ciudad de la Alhambra y 40 años desde que su familia comenzó a transformar la pasión por el helado artesanal en un legado que hoy conquista a nuevas generaciones.
“Es una cosa muy especial, estamos muy contentos de lo que hemos logrado, de dónde hemos llegado”, confiesan emocionados los hermanos. Y es que, como ellos mismos reconocen, cada día detrás del mostrador es un aprendizaje nuevo. No importa si es un verano abrasador o un día tranquilo de invierno: el helado artesanal siempre se elabora con la misma pasión, el mismo amor y una dedicación inquebrantable a la calidad.
La aventura en Granada comenzó hace apenas un año en Mesones, una calle donde abundan las heladerías. Aun así, Dolcemasco se abrió camino conquistando paladares y corazones. “La respuesta de la gente ha sido muy positiva”, asegura Dennis. No tardaron en convertirse en un lugar de referencia, siempre lleno, donde los granadinos encuentran no solo helado, sino también un pedacito de Italia.
La clave, dicen, está en la autenticidad. La atmósfera italiana, los productos que importan directamente de su tierra natal (como la granita siciliana o los cannolo con ricotta fresca) y la apuesta por la innovación constante han hecho que el público local adopte a Dolcemasco como propio. “Lo más emocionante para nosotros es seguir lo que empezó nuestro abuelo en Sicilia”, comenta Marco con orgullo.
La historia de Dolcemasco es, en realidad, la historia de tres generaciones. Fue el abuelo quien inició todo en Monreale, un pueblo cercano a Palermo, enseñando a su hijo el arte del helado artesanal. El padre de Dennis y Marco heredó los secretos y, con paciencia y constancia, los transmitió a ellos. Hoy, los hermanos Dolcemasco sienten el peso y la alegría de continuar ese legado.
Por eso, en este aniversario, han decidido rendir homenaje al patriarca con dos sabores muy especiales. Uno de ellos se llama precisamente Monreale, en honor a la ciudad natal de su abuelo, y otro combina la frescura del Aperol Spritz con el exotismo del maracuyá. Y aunque hay un tercer sabor que se guarda como sorpresa, lo cierto es que cada nuevo lanzamiento es recibido con expectación por sus fieles clientes.
No todo ha sido fácil. Uno de los mayores retos en este primer año en Granada fue dar a conocer productos desconocidos para muchos, como la granita, distinta del tradicional granizado español. Al principio, explican, costaba que los clientes se animaran a probarlo. Hoy, sin embargo, quienes lo han descubierto ya no dudan en pedirlo, especialmente en los días de más calor.
Lo mismo ocurre con elaboraciones más sofisticadas, como los cannolo de ricotta con pistacho. Poco a poco, la ciudad va adoptando estas delicias sicilianas y ampliando su cultura gastronómica gracias a la apuesta de los hermanos.
Con 26 sabores en rotación (aunque su repertorio habitual llega a 36), Dolcemasco no se conforma. Cada año viajan a la feria internacional del helado en Italia para intercambiar ideas con otros artesanos y traer lo mejor a sus vitrinas. El pistacho, producto estrella de Sicilia, tiene un papel protagonista en su carta, pero no faltan sorpresas como el chocolate de Dubái o combinaciones únicas que hablan de la creatividad de sus creadores.
El futuro, aseguran, pasa por seguir mejorando y creciendo. Ya piensan en expandirse dentro de España, con Madrid en el horizonte, y más adelante, abrir nuevas heladerías fuera del país. Pero lo primero es consolidar lo que han construido en Granada, manteniendo la confianza y el cariño de la gente que los recibió con los brazos abiertos.
Cuando se les pide definir lo que significa Dolcemasco en tres palabras, Marco no duda: “Autenticidad, pasión y familia”. Porque para ellos cada cliente que cruza la puerta debe sentirse como en casa. Ese ha sido siempre el secreto de su éxito: helados de calidad, atención cercana y un profundo respeto por una tradición que no entienden como negocio, sino como herencia de vida.
El mensaje que quieren dejar a los granadinos en este aniversario es sencillo y sincero: “Estamos muy contentos con cómo nos han recibido y esperamos que quienes aún no nos conocen se animen a probar nuestro helado. Aquí estaremos, con la misma ilusión de siempre”.
Dolcemasco no solo celebra un año en Granada y 40 en el mundo del helado. Celebra también una historia de amor por la artesanía, un legado familiar que se renueva cada día y un futuro lleno de proyectos que, sin duda, seguirán endulzando la vida de quienes se acerquen a saborear un pedacito de Sicilia en la ciudad de la Alhambra.
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