La Cueva de las Ventanas se convierte en escenario de un verano musical inolvidable

La música volverá a llenar de vida uno de los enclaves más singulares de Granada: la Cueva de las Ventanas de Piñar. Este verano, el auditorio Federico Ramírez Trillo acogerá un festival con cuatro conciertos que prometen ser una experiencia sensorial irrepetible, donde la magia del entorno se une a la fuerza de la música en directo.

El ciclo comenzará el 24 de agosto con “Bossa y Boleros: Un viaje al Sur”, un recorrido sonoro cargado de ritmos cálidos y evocadores que transportará al público a paisajes de nostalgia y pasión. El 30 de agosto será el turno de Carlos de Jacoba, reconocido guitarrista flamenco que hará vibrar la cueva con su virtuosismo y la intensidad de su toque.

La programación continuará el 6 de septiembre con la actuación de Tony Molina Moya, una cita que combina frescura y emoción en un espacio donde cada acorde se multiplica gracias a la acústica natural de la cavidad. Finalmente, el 13 de septiembre, Pamela Molina pondrá el broche de oro al festival con su voz personal y una propuesta que promete conmover a todos los asistentes.

Todos los conciertos comenzarán a las 21:00 horas, un horario perfecto para disfrutar del frescor de la noche dentro de la cueva, en contraste con el calor estival de la superficie. Las entradas tienen un precio único de 10 euros por concierto y pueden reservarse llamando al 958 39 47 25. Dada la singularidad del espacio y el aforo limitado, se recomienda asegurar la entrada con antelación.

Más allá de la música, la experiencia de asistir a un concierto en la Cueva de las Ventanas supone un viaje sensorial difícil de describir. La penumbra natural del entorno, la temperatura agradable y la reverberación perfecta hacen que cada nota cobre una dimensión especial. Es un lugar donde el tiempo parece detenerse y donde los artistas encuentran una conexión única con el público.

Con esta iniciativa, Piñar refuerza su compromiso con la cultura y con la puesta en valor de su patrimonio natural. El festival no solo atrae a melómanos, sino también a quienes buscan experiencias diferentes y auténticas en escenarios alejados de lo convencional.

Este verano, la música y la tierra se abrazan bajo el techo milenario de la Cueva de las Ventanas. Una cita imprescindible para quienes deseen vivir la magia de la música en un marco incomparable.