Te enseñamos cómo elegir el mejor servidor para tu web
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Al planear el lanzamiento de un proyecto en Internet, muchos comienzan por registrar un dominio y contratar un servicio de alojamiento económico. Esa elección inicial es práctica, pero detrás de ella hay factores que influirán directamente en la velocidad, seguridad y disponibilidad de la página. No se requiere el mismo soporte técnico para un blog personal que para una tienda electrónica con cientos de artículos, así que conviene conocer las alternativas disponibles y los criterios que guían cada opción antes de firmar un contrato.
Las alternativas de alojamiento principales
Aunque el panorama de hosting puede parecer abrumador, en la práctica se reduce a unas pocas categorías. Si el sitio es sencillo o todavía recibe pocas visitas, un servicio de hosting compartido suele ser suficiente y es también la solución más asequible. Para quienes utilizan WordPress, existe el llamado hosting gestionado para ese sistema, que optimiza las configuraciones, actualizaciones y copias de seguridad removiendo gran parte del trabajo técnico que acompaña a ese gestor.
Si estás pensando en lanzar una tienda online con PrestaShop, lo más sensato es optar por un hosting específicamente diseñado para esta plataforma; esa solución está ajustada para gestionar catálogos amplios y mantener el proceso de compra ágil.
Si pretendes que tu tienda crezca en volumen de productos y clientes, resulta más inteligente elegir desde el principio un plan más potente y evitar tener que hacer una migración apresurada después. Un vps barato puede ser muy útil para atender a estas necesidades, al ofrecer recursos dedicados a un coste reducido.
Qué aspectos marcan la diferencia al elegir hosting
Un primer punto que conviene revisar es que el proveedor ofrezca una garantía de devolución de al menos treinta días; esa cláusula te deja probar el servicio sin riesgo y cambiar de idea si algo no acompasa a lo que necesitas.
Igualmente imprescindible es el certificado SSL gratuito. Hoy en día cualquier web debería cargar bajo HTTPS, no solo para dar confianza al visitante, sino porque Google lo tiene en cuenta al clasificar páginas en los resultados.
Y si tu público objetivo está en España, lo ideal es que los servidores se ubiquen dentro del país, porque así se reducen las latencias y las páginas cargan notablemente más rápido.
No menos importante, el soporte técnico tiene que estar a tu disposición veinticuatro horas al día, todos los días del año. Nadie quiere que su página se caiga y que la única respuesta sea un formulario que no se contesta rápido.
En cuanto al rendimiento, hay detalles que marcan la diferencia: que el servidor use discos NVMe en lugar de SSD clásicos, o que te deje escoger la versión de PHP. Esta última opción es clave para que WordPress, PrestaShop u otros gestores de contenido sigan funcionando sin sorpresas.
Por otra parte, la seguridad no puede quedar relegada. Por eso, un buen proveedor ofrecerá escaneo de malware, defensa contra spam y copias de seguridad automáticas que te permitan restaurar la web en minutos si pasa algo inesperado.
Si ya tienes una página y solo quieres cambiar de compañía, un servicio que incluya migración gratuita es muy recomendable, porque garantiza que ningún dato se pierda en el traslado y te ahorra tiempo y estrés.
Hosting económico para empezar
Entonces, ¿cuándo conviene optar por un VPS o por un plan de hosting especializado? En realidad, la respuesta depende de las necesidades específicas de tu proyecto. Si el objetivo es mantener un blog, una web corporativa modesta o un catálogo pequeño, empezar con un hosting económico casi siempre es suficiente.
No obstante, cuando se maneja una tienda online algo más ambiciosa, con miles de visitas diarias o un catálogo extenso, resulta más sensato elegir una solución que realmente soporte esa carga.
Un VPS asequible o un plan de hosting PrestaShop con discos SSD entran aquí como la alternativa más recomendable. Estos entornos ofrecen recursos dedicados, tiempos de respuesta más rápidos y la libertad de ajustar la configuración a las necesidades concretas de la tienda. Al estar menos expuesto a picos de consumo de otros clientes, la posibilidad de que la web se ralentice por causas ajenas se minimiza considerablemente.
Lo que realmente compras es la infraestructura sobre la que tus visitantes navegan, compran y vuelven a entrar. Un equipo lento, inestable o inseguro puede arruinar el efecto de un diseño cuidado y de unos textos bien redactados. Por eso conviene mirar más lejos que el precio: rendimientos de discos NVMe, disponibilidad del soporte técnico y capas de seguridad extras marcan diferencias que al final se traducen en usuarios satisfechos.
Empieza con lo básico
Si das los primeros pasos en Internet sigue siendo tu meta inmediata, empieza con lo básico: dominio y hosting.
Sin embargo, si tu proyecto mira hacia un crecimiento rápido, sobre todo en comercio electrónico, selecciona desde el principio un alojamiento escalable. Así ahorras futuros traslados y los errores que suelen acompañarlos.
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