Mercadona viaja a Baza para encontrar la sandía de mayor calidad

En el altiplano de Baza, en Granada, entre llanuras abiertas y montañas que recortan el horizonte, se da un microclima singular: días soleados, noches frescas y suelos fértiles. Por eso, Agrícola Navarro de Haro, proveedor de Mercadona, ha apostado por esta tierra, que no solo es fértil, sino que garantiza una sandía de calidad. Esta elección no es casual: aquí se buscan unas temperaturas mínimas más bajas que en otras zonas durante los meses más calurosos, para lograr las mejores características de un fruto que madura de forma pausada, alcanzando un punto de dulzor intenso, pulpa jugosa y textura crujiente que la convierten en un emblema del verano.

“En Navarro de Haro, para tener una fruta de calidad, jugamos con las altitudes. Comenzamos la campaña a primeros de junio en la zona pegada a la costa, en Almería, y conforme va transcurriendo el verano, vamos subiendo de cota. Ahora mismo, en agosto, nos subimos a cota 800, estamos en Baza, donde conseguimos una diferencia térmica entre la noche y el día que hace que los cultivos sean más duraderos y la calidad del fruto sea la óptima”, explica José Antonio Navarro de Haro, responsable de producción.

Un proceso cuidado desde el campo

Cada pieza pasa por un proceso de selección riguroso antes de llegar a los hogares: desde la selección de variedades adaptadas al terreno, hasta la revisión pre-colecta manual y la recolección en el momento exacto de madurez, con maquinaria diseñada por Agrícola Navarro de Haro para que la fruta sufra lo mínimo.

“Para el proceso de recolección, primero pasamos con unos cortadores especialistas que determinan la calidad del producto y cuándo está óptimo para el corte. El 100% de nuestras sandías se recolecta a máquina, así se le dan menos golpes, se cuida mejor el producto y garantizamos una calidad premium a los ‘jefes’ de Mercadona —como la compañía llama a sus clientes—”, explica José Antonio Navarro de Haro, responsable de producción e hijo de los fundadores.

Navarro de Haro, la familia detrás del fruto

Agrícola Navarro de Haro nació en 1998 de la mano de José Navarro y Juana de Haro. Lo que empezó como una pequeña comercializadora de tomates y sandías cultivadas por agricultores de Almería, pronto dio un giro: las exigencias de calidad y de suministro estable obligaron a la empresa a dar el salto a la producción propia en 2007.

Hoy cultivan más de 1.100 hectáreas en distintas zonas de España y producen alrededor de 50 millones de kilos de sandía cada campaña. Su calendario es uno de los más amplios del sector: comienzan en abril en Almería y cierran en septiembre en La Mancha. La sandía es su producto estrella, aunque también producen lechuga iceberg, coliflor y calabacín.

La filosofía de Navarro de Haro se resume en un verbo: cuidar. Cuidar la tierra, las variedades, los procesos de recolección, la trazabilidad y la calidad final. La empresa apuesta por métodos de cultivo sostenibles, sistemas de riego eficientes y la búsqueda constante de variedades que se adapten al terreno y a las necesidades del consumidor.

Un tipo de producción que garantiza la calidad y sustenta la relación con Mercadona desde 2009, cuando comenzó a ser parte de la red de proveedores de la compañía. Una relación consolidada que asegura un suministro constante durante toda la temporada.

“Después de más de 15 años trabajando con Mercadona, mantenemos una muy buena relación, porque tenemos toda la producción programada; ya tenemos previsión de 2026 e incluso de 2027”, destaca José Navarro Flores, gerente y fundador de la empresa.

La apuesta de Mercadona por la sandía nacional

La sandía es uno de los productos de temporada más demandados por los clientes de Mercadona, que solo en 2025 prevé comprar 94.000 toneladas de sandía nacional, un 9% más que el año anterior. De ellas, más de 39.800 toneladas procederán de Andalucía —con cultivos en Almería, Córdoba y Sevilla—, lo que refuerza la apuesta de la compañía por el producto de proximidad.

Durante la campaña, que se extiende desde mediados de abril hasta septiembre, los clientes pueden encontrar sandías en sus más de 1.660 tiendas, en formatos que van desde la pieza entera hasta la cortada, siempre atendiendo a las expectativas de tamaño, color, sabor y textura.

Solo en 2025, Mercadona prevé comprar 94.000 toneladas de sandía nacional, un 9% más que en 2024. De ellas, más de 39.800 toneladas serán andaluzas, cultivadas en provincias como Almería, Córdoba y Sevilla. Un esfuerzo que responde a la apuesta de la cadena por el producto de proximidad, disponible en sus más de 1.660 tiendas entre abril y septiembre.

La sandía, más que un placer de verano

“Para que una sandía le guste al consumidor tiene que tener buena imagen externa, que esté limpia y no esté dañada, que por dentro sea roja y que tenga un buen olor”, resume el gerente de Navarro de Haro.

Y así llega a los establecimientos de Mercadona, donde destaca precisamente por su dulzor natural, su textura crujiente y su pulpa fresca y jugosa. Sus características organolépticas —sabor equilibrado, aroma ligero, jugosidad y bajo nivel de semillas— la convierten en un manjar veraniego, en la sobremesa perfecta y en una merienda fresca que a muchos le trae recuerdos de la infancia en un bocado.

A su sabor se añaden los beneficios nutricionales: más de un 90% de agua, bajo aporte calórico, riqueza en vitaminas y antioxidantes. Es una fruta perfecta para hidratarse y revitalizarse en los meses de calor, pero también versátil en la cocina, donde cada periodo estival se convierte en tendencia, por la variedad de recetas que se pueden preparar con ella, desde ensaladas hasta smoothies, granizados o incluso platos principales.

Cada sandía es el reflejo del cuidado del campo andaluz: fruto de un trabajo meticuloso y de la experiencia de dos generaciones, que llega a la mesa con frescura, dulzor y ese sabor que recuerda al verano en su forma más pura.