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  • Las praderas de posidonia son un ecosistema marino esencial para mantener la biodiversidad

Praderas submarinas de Posidonia

Praderas submarinas de Poseidonia Praderas submarinas de Poseidonia

Praderas submarinas de Poseidonia

Escrito por

María del Mar López Fernández

La Posidonia oceánica (Posidonia oceanica) es una especie de planta acuática que se encuentra en el Mediterráneo y en algunas zonas del Atlántico. También se la conoce como 'alga de praderas' debido a su aspecto y a la forma en que crece. Esta fascinante planta forma imponentes praderas submarinas que pueden extenderse en vastas extensiones. Las praderas de posidonia oceánica son uno de los ecosistemas marinos más importantes del Mediterráneo y son consideradas una de las formaciones submarinas más diversas y productivas del planeta. Estas praderas se extienden desde la línea de costa hasta los 40 metros de profundidad y crean un complejo entramado de raíces y hojas que proporcionan una gran cantidad de microhábitats y nichos ecológicos, así como alimento y refugio para una gran variedad de especies marinas, algunas de las cuales son de gran interés comercial para la pesca.

Entre los organismos que habitan en estas praderas se encuentran numerosas especies de peces, como el mero, la dorada, la lubina, el sargo, la salema y el serrano, entre otros. También albergan una gran variedad de invertebrados, como erizos marinos, estrellas de mar, gusanos, moluscos y crustáceos, así como una diversidad de algas, esponjas y corales. Además de ser un importante refugio y fuente de alimento para la vida marina, estas praderas son cruciales para la protección de la costa, ya que actúan como barrera natural contra la erosión y las tormentas; también son un "filtro" natural que contribuye a mantener la calidad del agua, mientras que su capacidad para capturar y almacenar grandes cantidades de carbono ayuda a reducir el impacto del cambio climático. En resumen, las praderas de posidonia oceánica son un ecosistema marino crucial y esencial para mantener el equilibrio ecológico de la región mediterránea y del planeta en su conjunto.

Su nombre científico alude al dios griego del mar, Poseidón

Sin duda alguna, la posidonia oceánica es un bioindicador de gran importancia para evaluar la calidad del agua y la salud de los ecosistemas marinos en los que se ubica. Su presencia y estado se han convertido en un indicador fundamental para valorar la calidad del agua, la productividad biológica y la biodiversidad de los ecosistemas marinos costeros.

Las praderas de posidonia oceánica son ecosistemas marinos sumamente valiosos, caracterizados por un lento proceso de crecimiento que puede tardar décadas, e incluso siglos, en desarrollarse. Tal proceso depende de múltiples factores, como la disponibilidad de luz, la calidad del agua, la temperatura del agua y la presencia de nutrientes. En términos generales, se estima que la posidonia oceánica puede crecer de 1 a 10 centímetros por año. Lo anterior implica que una pradera de posidonia puede tardar cientos de años en desarrollarse plenamente. No obstante, es importante destacar que las praderas de posidonia son sumamente sensibles a los disturbios, tanto naturales como humanos, y que, en consecuencia, pueden tardar un largo periodo en recuperarse de los impactos. Por esta razón, la preservación de estos ecosistemas marinos es fundamental para garantizar su supervivencia y para mantener la salud de los ecosistemas marinos en los que se encuentran.

En Andalucía, las praderas de posidonia oceánica se encuentran principalmente en la costa de Almería y de Cádiz. La superficie total en las costas de Andalucía se estima en alrededor de 4.000 hectáreas, distribuidas principalmente en esas dos provincias andaluzas.

A pesar de su importancia, las praderas están amenazadas debido a la contaminación, la pesca destructiva, el fondeo de embarcaciones, la construcción costera, el fondeo de embarcaciones, la introducción de especies invasoras y el cambio climático.

El cambio climático, en particular, está provocando un aumento de la temperatura del agua, la acidificación del mar y la elevación del nivel del mar, lo que está afectando de manera negativa a las praderas de posidonia. Asimismo, pueden ser víctimas de enfermedades y plagas que reducen su crecimiento y supervivencia. Eventos de origen natural, como tormentas y temporales, aunque incrementados por la actividad humana en el litoral, pueden afectar a su estructura y densidad. Además, el turismo y las actividades recreativas en la costa, como el submarinismo y el fondeo de embarcaciones, pueden dañarlas y disminuir su capacidad para proporcionar hábitat y refugio a las especies marinas que albergan. La recuperación de estas praderas puede llevar décadas. Por lo tanto, se hace necesaria la adopción de medidas para proteger y preservarlas. Son una especie clave para la salud de los ecosistemas marinos y la sostenibilidad del planeta.

No obstante, existen iniciativas de restauración y conservación de estas valiosas praderas, que han demostrado ser efectivas en algunas zonas. En el contexto de Andalucía, se han llevado a cabo diversos proyectos con este fin, de los cuales se destacan algunos ejemplos. En la costa de Almería, se desarrolló una iniciativa de restauración de posidonia en la playa de San Miguel de Cabo de Gata, la cual consistió en la instalación de estructuras artificiales en el lecho marino, con el propósito de propiciar el asentamiento de semillas de posidonia y acelerar el proceso de colonización en la zona. Los resultados obtenidos fueron positivos, con una recuperación significativa de la superficie de la especie en el área restaurada. En la costa de Cádiz, por su parte, se emprendió un proyecto de conservación de posidonia en la bahía de Cádiz, el cual contempló la colocación de boyas ecológicas para proteger las praderas de los impactos del fondeo de embarcaciones. Asimismo, se llevaron a cabo campañas de sensibilización y educación ambiental para promover la conservación de estas praderas. En la costa de Málaga, también se han implementado diversos proyectos de restauración en el Parque Natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo, los cuales implicaron la eliminación de especies invasoras y la colocación de estructuras artificiales para propiciar el asentamiento de semillas de posidonia. A resaltar la importancia de la colaboración entre científicos, gestores, pescadores y otros actores locales en pro de garantizar la protección y conservación de las praderas de posidonia en Andalucía.

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