Rodada en Hollywood en 1940

'Rebeca', 80 años de fantasmales recuerdos

  • Este domingo se cumplen ocho décadas del estreno en EEUU de una obra maestra del cine en la que Hitchcock adaptó la novela homónima de Daphne Du Maurier

Fontaine, Olivier y la inquietante ama de llaves encarnada por Judith Anderson.

Fontaine, Olivier y la inquietante ama de llaves encarnada por Judith Anderson.

Drama, romance e intriga se unen en Rebeca, una de las muchas obras maestras de Alfred Hitchcock y su primer filme estadounidense, que arranca con una de las frases más célebres del cine: "Anoche soñé que volvía a Manderley". Este domingo cumple 80 años una historia tan seductora delante como detrás de la pantalla.

Basada en la tercera novela homónima publicada dos años antes, en 1938, por la escritora inglesa Daphne Du Maurier, "Rebeca" llegó a la gran pantalla casi por casualidad y después de serios duelos abiertos en varios frentes.

El primero entre Hitchcock y el productor de la película, David O. Selznick, dos "pesos pesados" del cine de la época que como los polos de un imán se atraían y repelían casi a la vez.

Interesado en trabajar con el director británico y después de asistir al estreno de su gran éxito del momento, Lo que el viento se llevó, el productor contactó con Hitchcock para trabajar en una película sobre el hundimiento del Titanic, un proyecto que atraía a ambos.

Sin embargo, este proyecto nunca culminó y emprendieron el de Rebeca, una novela que ya les había enfrentado en la adquisición de sus derechos cinematográficos por los que ambos pujaron.

El duelo entre las protagonistas femeninas es clave en 'Rebeca'. El duelo entre las protagonistas femeninas es clave en 'Rebeca'.

El duelo entre las protagonistas femeninas es clave en 'Rebeca'.

El guion –a Selznick no le gustó la primera adaptación del director, que calificó de "versión deformada y vulgarizada del libro"–, la elección de los actores, de la música, de la fotografía, de los lugares del rodaje…, todo era cuestión de encendido debate.

Pero no acabaron ahí los desencuentros. Tampoco estaba contenta la novelista con la elección de Hitchcock para dirigir la adaptación de su libro. Du Maurier no había quedado nada contenta de la versión que hizo el director de su cuarta novela, La posada de Jamaica.

Y menos satisfecho quedó el actor Laurence Olivier cuando se enteró de que la elegida para interpretar a la segunda señora de Winter era Joan Fontaine y no su esposa en aquel momento, la protagonista de Lo que el viento se llevó, Vivien Leigh. Ese fue el enésimo enfrentamiento con respecto a la película.

Porque después de probar con casi una decena de actrices, incluida la propia Vivien Leigh, Hitchcock finalmente se decantó por Joan Fontaine para disgusto de Olivier, que durante el rodaje le hizo literalmente la vida imposible a su compañera de reparto.

Como relata el escritor Juan Tejero en su libro Este rodaje es la guerra! Segunda parte, la principal preocupación del equipo técnico era Fontaine, una actriz poco segura de sí misma que debía soportar duras horas de ensayo, exigentes pruebas fotográficas y hacer frente a la hostilidad de Olivier.

Cartel de 'Rebeca', una producción de David O. Selznick. Cartel de 'Rebeca', una producción de David O. Selznick.

Cartel de 'Rebeca', una producción de David O. Selznick.

De todo ello sacó partido Hitchcock hasta conseguir que ese tormento que perseguía a la actriz se reflejara en su personaje, una mujer acomplejada, infeliz, insegura, acosada. Casi desequilibrada.

La película es un ejemplo del castizo refrán de cuanto peor, mejor, ya que fue un éxito de taquilla, fue elegida entre las diez mejores películas de ese año y obtuvo once nominaciones a los Oscar, incluyendo mejor película –que, finalmente ganó–, mejor director y mejor actriz y actor principal, entre otros. Años más tarde, en 2001, el Instituto Americano del Cine la incluía entre las 100 películas estadounidenses más emocionantes de su historia.

Estrenada el 12 de abril de 1940 en Estados Unidos, a España no llegaría a sus pantallas hasta el 10 de diciembre de 1942, más de dos años y medio después. Sin embargo, fue todo un éxito.

Tal fue su popularidad que Rebeca, ese personaje fantasmagórico que sin aparecer un solo segundo da título a la película, fue a partir de entonces el nombre que se dio a la chaqueta de punto y sin cuello que luce la protagonista en varias escenas. Esencial es el trabajo de Judith Anderson en el papel de la señora Danvers, el ama de llaves que conforma una de las villanas más temibles del séptimo arte.

Ahora, 80 años después, Rebeca, –otra paradoja más–, sigue muy viva. La plataforma Netflix ya ha anunciado una nueva versión protagonizada por Armie Hammer (Llámame por tu nombre) y Lily James (Mamma mia!).

Concluida la grabación y en proceso de posproducción, en breve se volverá a escuchar esa voz en off que nos invita a cruzar el umbral de una sombría mansión, mudo testigo de fantasmales visiones y recuerdos.

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