Language lessons | Crítica

Vídeo-llamada de autor

Mark Duplass y Natalie Morales en una imagen del filme.

Mark Duplass y Natalie Morales en una imagen del filme.

Siempre en la vanguardia de ese cine indie norteamericano de bajo coste y voluntad industrial desde los días del mumblecore, los hermanos Duplass andan detrás (uno de ellos, Mark, también delante) de este peculiar proyecto que aspira a integrar el dispositivo de las vídeo-llamadas de la era pandémica en las viejas cuitas de la comunicación sentimental.

Así, entre pantallas de ordenador y teléfono móvil, con interferencias, cortes e imágenes congeladas, nuestros dos únicos protagonistas, un hombre de mediana edad y vida acomodada al que su marido ha regalado unas lecciones de español online, y la profesora costarriqueña que se gana la vida impartiéndolas al otro lado del ADSL, irán estableciendo clase a clase, llamada a llamada y mensaje a mensaje una relación íntima y personal que va más allá del pacto profesor-alumno, todo ello impulsado por un guion plagado de golpes de efecto y virajes caprichosos que coloca la tragedia, el duelo o la sospecha de la violencia de género en el escritorio casi a las primeras de cambio.

Desdibujado pronto todo atisbo de comedia online, Language lessons se instala en el drama de almas solitarias y heridas reconfortadas mutuamente en la distancia en un juego de desvelamientos a través de la palabra y el espacio off que los limitados recursos del dispositivo intentan explotar de cara a la creación de un mínimo suspense. Casi una práctica estudiantil para asignaturas de puesta en escena y nuevas tecnologías, el filme que co-escribe, dirige e interpreta la propia Natalie Morales se sigue con media sonrisa sobre todo gracias a sus actores, aunque caduca prácticamente al paso de sus títulos de crédito.