Peter Von Kant | Crítica

Fassbinder en el espejo

No es la primera vez que el prolífico Ozon se acerca a Fassbinder. Tras adaptar la pieza teatral Gotas de agua sobre piedras calientes, llega ahora esta versión de Las amargas lágrimas de Petra Von Kant pasada por el filtro queer y el cambio de género de su protagonista, convertido en trasunto explícito del propio Fassbinder al que Denis Menochet presta su corpulencia y amaneramiento en el límite del exceso.

Estamos en la Colonia de comienzos de los setenta, y un afamado director de cine atiende llamadas, prepara proyectos y recibe visitas en su apartamento ante la mirada silenciosa y servil de su asistente. Ozon asume la condición teatral y escenográfica como gesto esencial de la puesta en escena y dispone con claridad los personajes, actos y temas de su película, que no deja de ser una relectura del melodrama fassbinderiano, a saber, una indagación en las heridas y la carcoma del amor, los celos y la pasión, que lo fue a su vez de la matriz sirkiana, a la que cita en las texturas de la fotografía y el uso del color.

Si nos dejamos llevar por el juego de ecos, excesos y máscaras que propone el filme, Peter Von Kant puede verse como homenaje a unas maneras y asuntos que no forman ya parte del cine de hoy. Maneras concentradas y teatrales y amores desgarrados y autodestructivos en una época en la que el cine aún era importante. No extraña así ver a Isabelle Adjani en una suerte de autoparodia del divismo y la eterna juventud, como tampoco lo hace la aparición de la propia Hanna Schygulla como madre comprensiva que será también objeto de la ira de nuestro dolido director abandonado.

Ozon no disimula los gestos miméticos, del uso de los espejos a la concepción del espacio como escenario móvil, tampoco los episodios biográficos de Fassbinder volcados en una recreación ficcional, pero su película resulta algo superficial e inconstante en su voluntad de pastiche paródico para tiempos desmemoriados que no quiere renunciar al trasfondo trágico del personaje y el género.