'Personal Assistant' | Crítica

Las trampas del estrellato

Tracee Ellis Ross, hija de Diana Ross en la realidad, es la revelación de 'Personal Assistant'.

Tracee Ellis Ross, hija de Diana Ross en la realidad, es la revelación de 'Personal Assistant'.

Hace de diva del pop Tracee Ellis Ross, hija de la gran Diana Ross que fue mucho más que una diva: una reina del soul que triunfó con The Supremes y en solitario, estrella absoluta del sello Tamla-Motown junto a la prodigiosa escudería de la discográfica en la que grabaron Marvin Gaye, The Marvettes, The Temptations, Marta & The Vandellas, The Four Tops, Gladys Kinght & the Pips, Stevie Wonder o Jackson Five. Un universo de leyenda que además es historia de la música. Algo de la madre ha heredado la hija –actriz, productora y presentadora de éxito– y le vale para alzarse como el atractivo mayor de esta película correcta, con aciertos parciales y un despiste de guión en su última parte. Un despiste de debutante, pues se trata del primer guión de Flora Greeson que, si no acierta al resolver la trama, sí lo hace al volcar en él su experiencia profesional como asistente en Universal Music Group y Creative Artists Agency. Conoce el mundo sobre el que escribe aunque conozca menos los secretos de la estructura de un guion.

Va la cosa de estrella perdida en los laberintos del éxito y de sí misma, y de su relación con su ambiciosa y eficaz asistente y con su productor. La asistente es una convincente Dakota Johnson y el productor un creíble Ice Cube, aunque como he dicho es Tracee Ellis Ross quien reina en la película. La dirige con oficio Nisha Ganatra, sobre todo realizadora televisiva pero también directora de unas pocas e interesantes películas comprometidas con cuestiones de género y raza (Chutney Popcorn, Cosmopilitan) o de incursiones críticas en el espectáculo televisivo (Late Night, con una como siempre estupenda Emma Thompson). Al igual que la guionista, Ganatra conoce bien el universo que filma.

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