Cómic

El volantazo final

  • Conduciendo su taxi, el protagonista de este cómic recorre una ciudad en la que lo inesperado aguarda en cada semáforo

Detalle de la portada del cómic.

Detalle de la portada del cómic.

Pasar un buen montón de horas recorriendo unas calles que ya conoces de memoria, atento a la circulación y, a la vez, a este pasajero que en ocasiones te da conversación. Así día tras día, haga frío o calor, aguzando la vista para buscar esa mano que se levanta al ver la luz verde que indica que estás libre…

Y de esta manera tan monótona podría haber continuado la vida de Taxista Cuatroplazas, un tipo que se toma su trabajo muy en serio, viste de manera sobria y ha convertido su vehículo en algo más que un simple automóvil, ya que sabe muy bien que en su urbe existen ciertas zonas por la que más vale no transitar.

Y justamente uno de los habitantes de esta geografía de chabolas se convierte en un cliente más… O tal vez no, ya que los pensamientos de Juan Pérez, padre de familia que vive en la más total de las pobrezas, entre basura y ratas, es la de robar la recaudación diaria del dedicado protagonista, al que pone una navaja en el cuello, con no muy buenas intenciones.

Es en este momento en el que la existencia de Cuatroplazas da un volantazo, para cambiar irremediablemente, viéndose metido en un imaginario carrusel en el que este tipo, cuya rectitud le convierte en una rara avis, caerá de cabeza en un universo lumpen que hasta ahora no conocía, salpicando de paso a su escaso círculo familiar, formado por Madre Querida, poseedora de un ansiado secreto; Monserrat, esa hermana que se marchó hace tiempo y ahora reaparece, viviendo de la profesión más antigua del mundo… Y finalmente, el cuerpo de un padre que falleció hace tiempo, que contiene más de una sorpresa.

Persecuciones, disparos, golpes a troche y moche, sexo inesperado, fugas carcelarias, el inframundo de las alcantarillas, traiciones, empresarios arruinados, codiciadas fórmulas, locura, herencias, los taxis custodios, ex presidentes a la fuga…

Todo esto y mucho más componen ese alocado y personal collage en el que se convierte la vida de este personaje tan icónico del cómic patrio, cuyas aventuras y desventuras disfrutamos muchos siendo aún chavales en una cabecera tan añorada como fue El Víbora.

Allí Martí, autentico padre de Taxista, volcó en sus páginas en blanco y negro, en una cuadrícula de tres por cuatro viñetas, este pastiche con influencias gráfica de Chester Gould, papá de aquel poli de cuadrar mandíbula que posee una de las galerías de villanos más originales de la historia de los tebeos.

Sazonadas con una ironía a prueba de balas y dentro de un universo muy cercano al noir, Martí nos trae a un personaje que, pese a su apariencia perfecta, estoica y seria, perderá la cordura, lanzándose a un viaje único desquiciado, del que tal vez salga cambiado, ¿quién sabe?

Y ahora, La Cúpula recupera esta obra única y nos la devuelve en un formato espectacular, integral, que recoge las peripecias de Taxista. Incluso la tercera, más actual e inconclusa, que fue adelantada en la revista La Cruda.

A todo esto, sumad una buena cantidad de portadas e ilustraciones que harán las delicias de los seguidores de Martí, que no son pocos.

¿Qué, te atreves a subir a este taxi?

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios