Personajes con sabor

Antonio Jesús López Nieto: Un encuentro con mucha historia

  • Sirva el título de este encuentro como prolegómeno del exclusivo lugar donde se desarrolló el almuerzo, sobre las murallas, romanas y musulmanas, de nuestra ciudad

Un momento del almuerzo con Antonio Jesús López Nieto.

Un momento del almuerzo con Antonio Jesús López Nieto.

Sirva el título de este encuentro como prolegómeno del exclusivo lugar donde se desarrolló el almuerzo: justo encima de las murallas, romanas y musulmanas, de nuestra ciudad. Más no se puede pedir. Pero recapitulemos. Ya de por sí esta cita tenía un carácter muy especial, porque, al igual que un buen guiso, contaba con los ingredientes propios para ello: un invitado de lujo, amigo de toda la vida y a quién por circunstancias del trabajo hacía tiempo que no veía; un marco incomparable, como es el restaurante Le Diner, ubicado en el hotel Vincci Posada del Patio y un fogón bajo las órdenes del chef Sergio Garrido, que me hacían presumir de un maridaje perfecto de todos estos elementos.

EL INVITADO

Quien no conozca en las distancias cortas a Antonio Jesus López Nieto, puede que se quede en el dato que lo hace internacionalmente conocido: que es un árbitro de fútbol con un palmarés envidiable y unos de los críticos mas exacerbados del fútbol español. Como tiene que ser de aquellos que son maestros en su materia. Pero Antonio López Nieto, Antonio en adelante, es una persona sencilla, cercana y equilibrada, muy equilibrada, algo nada desdeñable en una persona que ha ejercido a lo largo de su vida de mediador: entre dos equipos contendientes en lo deportivo y en la propia vida cotidiana, ahora en los despachos.

Pero sobre todo, amigos de sus amigos. La calidez del local; lo armónico y discreto de la atmósfera que emana Le Diner, nos invitaba abrir el baúl de los recuerdos y a hablar, como si de una tormenta de ideas se tratase, de cosas del pasado, del presente, del futuro, pero todas ellas, o casi todas, con un denominador común: Málaga.

LA COMIDA

Restaurante Le Diner, en el Hotel Vincci Posada del Patio. Restaurante Le Diner, en el Hotel Vincci Posada del Patio.

Restaurante Le Diner, en el Hotel Vincci Posada del Patio.

Y entre charla y charla, nos pusimos manos a la obra con el verdadero objetivo que nos reunía allí: compartir mesa y disfrutar de una espléndida comida. Servidor jugaba con ventaja y apostaba a caballo ganador. Abrimos con un centro de croquetas de puchero, marca de la casa, y un pulpo a la parrilla acompañado por una base de patatas, magistralmente elaborada con adobillo de pimentón. Un plato extraordinario. “Los vinos los pides tú, me dice Antonio, que yo apenas tomo un poco para probarlo”. Y hecho. Solicité una botella de Organistrum Martin Codax, que nos abrió el paladar y nos invitó a comenzar la comida. Y continuábamos con nuestra charla de Málaga; sobre el turismo que cada día aumenta en número y calidad, para beneficio de nuestra principal industria. “El éxito nos puedo atontar. Hay que trabajar cada día como si partiésemos de cero”, me decía Antonio, refiriéndose a la época de vacas gordas turísticas que hoy en día disfrutamos en nuestra ciudad.

Uno de los platos. Uno de los platos.

Uno de los platos.

Por supuesto que gracias al trabajo de años y la labor de mucha gente. Soy de los que piensa que los triunfos no vienen solos y la suerte nos es más que una buena dosis de preparación y saber aprovechar las oportunidades que se presenten. Totalmente de acuerdo con Antonio, que, como servidor hablaba hace unos días con nuestro director del Convention Bureau de la ciudad, Paco Quereda, si no dosificamos, y actuamos con cabeza sobre lo que tenemos en la actualidad, podríamos morir de éxito.

Entre charla y bocados de la sabrosa comida, nos dejamos llevar por el frescor que nos aportaba el vino. Tocaba pedir el plato principal. Si por algo destaca Le Diner es por su excepcional carta. Con platos originales y muy elaborados, y, hay que decirlo, con unos precios asequibles, algo muy notorio en un restaurante de estas características. Mérito del gran trabajo de Sergio Garrido. Tengo que dedicarle algunas líneas a tan singular chef, persona que destaca tanto o mas -para orgullo de los que le admiramos-, por su labor solidaria que por sus vastos conocimientos de gastronomía.

Uno de los platos. Uno de los platos.

Uno de los platos.

Sus distinciones y premios les vienen por ambas vías. El ambiente nos envolvía y le comentaba a Antonio la historia de la muralla que teníamos bajo nuestros pies, a la vista de los comensales. Como decía, todo un lujo. Por el camino interior que describe la propia muralla, conocido en la época como “camino de ronda”, transitaban los transportes de mercancías, casi siempre sobre asnos y mulos, y era además el paso obligado para la comunidad judía, pequeña pero influyente, que habitaba la ciudad y que convivía con los musulmanes.

Estos, los judíos, tenían prohibido circular por el entramado viario dentro de la muralla. Convivencia sí, pero bajo las normas de los musulmanes… Después de dilucidar entre diversos platos, nos decantamos por uno de los más demandados y famosos de su carta: Paletilla de chivo lechal malagueño. Los dos nos sentimos atraídos por ese plato, que a la sazón nos resultaría un verdadero manjar. “A ver si aciertas otra vez con el vino, que el de antes estaba riquísimo”.

No podía defraudar a mi amigo, máximo cuando confía de nuevo en mi paladar. Me decanto por un vino malagueño, como no podía ser de otra manera para acompañar al malagueñísimo plato que acabábamos de pedir: Payoya negra, un tinto de Ronda que marida perfectamente con este tipo de carnes. “Curioso el nombre”, me decía Antonio. Para quién lo desconozca, la payoya negra es una cabra autóctona andaluza. La combinación resultó perfecta, y tomamos una copa larga de ese intenso y aromático vino.

Como no podía ser de otra manera estando con Antonio, el tema del fútbol salía una y otra vez en la conversación. Y me confesó que gracias al fútbol había cumplido uno de sus sueños: ser arbitro internacional. Pero les voy a contar algo que muy poca gente conoce. Antonio Jesús López Nieto se hizo árbitro por accidente. Como tantos niños de su edad, le encantaba jugar al futbol y en eso estaba hasta que un día le surgió la posibilidad de pitar un encuentro. “A los quince minutos de pitar por primera vez ya supe que eso es lo que quería ser en mi vida”, me confiesa este con un brillo especial en los ojos. Y el sueño duró treinta años. Continuando con los sueños, insistí en saber si tiene alguno por cumplir. Antonio, mi amigo Antonio, me volvió a sorprender: “Pues sí que lo tengo, malo sería que no tuviese sueños por cumplir. Me gustaría trabajar por el equipo de nuestra ciudad, en el Málaga CF, en un cargo de dirección. Conozco el fútbol por dentro y por fuera. Desde todos los ángulos posibles”.

Pues ahí lo tienen los señores del Málaga CF: Antonio se brinda para trabajar por el equipo de nuestra tierra. Su equipo desde niño.

Unos cafés dieron por terminada una comida que ninguno de los dos quería que finalizase. Declinamos de la carta de postres, que no se la pierdan, merece dejar un espacio en el estómago. Nos despedimos del servicio, que fue en todo momento excepcional, y tuvimos la suerte de poder saludar, y felicitar, personalmente a Sergio Garrido.

Ya lo saben, quien quiera disfrutar de una gran comida, en un marco extraordinario, que solo se preocupe de buscar la compañía adecuada. Le Diner le garantiza el resto.

LOS VINOS

Organistrum de Martin Codax. Un vino sin lugar a dudas para ser disfrutado sorbo a sorbo. Aunque marida perfectamente con carnes, en esta ocasión lo hicimos con pulpo, un producto también reconocido internacionalmente en la misma tierra de procedencia del vino, Galicia. Un vino fresco con aromas a frutas que aún mantengo en el recuerdo. Totalmente recomendable.

Payoya negra. Vino bajo la denominación de Sierras de Málaga, es perfecto para comer con carnes y guisos. Nos ha acompañado perfectamente en esta comida: cálido e intenso, como el ambiente en el que esta se ha desarrollado. Una gran apuesta por los vinos de nuestra tierra. Excelente.

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