Corpus

El Cordobés, El Fandi y sólo el sexto

  • El público granadino se divirtió en una corrida con más gestos que toros

GANADERÍA: Se lidiaron toros de Gavira, el sexto como sobrero, desiguales de presentación, justos de fuerza y desrazados. El mejor, el gran sexto, premiado con la vuelta al ruedo. El segundo fue manso y el tercero acortó el viaje. TOREROS: Manuel Díaz el Cordobés, de blanco y plata. Estocada (oreja); y media (dos orejas). Francisco Rivera Ordóñez, de cardenal y oro. Dos pinchazos, media tendida y descabello (palmas); y cuatro pinchazos y media (ovación tras aviso). David Fandila el Fandi, de nazareno y oro. Estocada trasera y descabello (oreja tras aviso); y dos pinchazos y estocada (oreja tras aviso). Incidencias: La plaza tuvo dos tercios de entrada en tarde de agradable temperatura.

El cartel de ayer atrajo a la plaza un buen número de espectadores, algo menos de lo esperado, que sólo quería un gesto para poder agradecerlo y premiarlo. La verdad es que la tarde no iba discurriendo por buenos derroteros en el terreno ganadero, la blandura y falta de raza había sido la tónica general, incluso llegando a desesperar en el mansurrón segundo, ya que el cárdeno tercero confundió, y su aparente movilidad no estaba exenta de acortar el viaje y protestar. Menos mal que quedaba en toriles el sobrero, lidiado en sexto lugar, y al que se le dio la vuelta al ruedo por su buen juego. Se pidió insistentemente el indulto por el respetable, y El Fandi miró en numerosas ocasiones a Florencio Pérez, el presidente, como diciendo "¿qué hago?", pero creo que en esta ocasión se acertó desde el balcón de las decisiones, pues es cierto que el toro repitió incansablemente a la muleta de David y que con algo así delante tiene que ser una delicia torear, pero no lo es menos que salió suelto en el capote y con poca entrega en el toreo a la verónica. Tampoco hizo pelea en el caballo, y además dobló al sentir la vara, y para colmo y como remate, acabó buscando casi con descaro la salida de toriles. Bueno, sí; en buenas manos, desde luego; para el indulto, creo que no.

Pero vamos por orden, no hay que quitarle ni un ápice de mérito al animal que fue bueno y mucho, ni por supuesto a la faena de El Fandi, que fue larga, variadísima y de una entrega no exenta de buenos momentos. Terminó El Fandi su tercio de banderillas con dos de poder a poder y un violín con el sombrero de Salazar -ya una tradición- para parar al toro y brindar al respetable. Comienza su labor con la muleta en el tendido diez, de rodillas y con ligazón. Todo dispuesto y preparado, incluidos los ánimos, para lo que se avecinaba. Mide los tiempos y da distancia en las primeras tandas ligadas. Naturales largos, alguno mucho, y todos con ritmo y cadencia. Molinete y tanda muy medida y pulsando bien al astado. A partir de ahí, El Fandi se entregó por completo y el toro le siguió. Tres pases por el pitón derecho, cambio de manos, y otros tres al natural en una serie larga y emotiva. Se veía venir el triunfo, molinete de rodillas, trincherazo y circular larguísimo, otro invertido del mismo corte, para meterse entre los pitones y descararse de rodillas. Incansable en los antagonistas, no se podía pedir más, bueno sí, el indulto, y se hizo. La pena, pinchar dos veces.

En el tercero, al que había recibido con verónicas a pies juntos y cuatro pares de banderillas, las dos últimas comprometidas por los adentros, el torero granadino tuvo que estar muy firme. El toro acometía pero protestando a menudo y acortando el viaje. Lo dominó en tandas cortas y con fuerte ritmo, donde imperó el poderío del Fandi. Circulares y cercanías para meterse entre los pitones con alardes de valor. No había para más.

También triunfó El Cordobés y numéricamente, más aún, tres orejas. Pero ahí sí que imperó la simpatía y el estado de ánimo del tendido, más que el toreo comprometido. Toreó en redondo y con ligazón al primero, pero lo de las apreturas es otro cantar. Al natural, discontinuo, y vuelve en redondo sin demasiado calado, pero la continuidad y repetidos 'guiños' al público tuvieron su efecto inmediato. Lo tocó de nuevo por el pitón izquierdo y ahí el toro se defendió de forma definitiva y se rajó. Muy justo todo.

Ni fija al cuarto en el capote ni se fia, y además blandeó el toro. Pero se fue al sol, a intentar tapar la falta de fuerza, raza y transmisión. Para ello recurre a una faena efectista por lo alto y con medios pasos, algunos más bien un cuarto, pero el 'salto de la rana' y algún desplante hicieron que cortara las dos orejas. El público las había pedido con insistencia, la faena no.

Francisco Rivera tuvo la virtud de torear muy despacio al quinto e incluso llevarlo con temple y ligazón en alguna tanda, pero el toro no salió ni a la primera raya de picadores, y lo lento se tornó en falto de emoción. Tras recibir al segundo sin excesos de compromiso con el capote, y banderillas reunidas al igual que en el quinto, se dispuso de rodillas, saliéndose y dando el pecho, pero el toro pronto se torno huidizo y defensor de su mansedumbre incluso con coces.

Hoy, el cartel definitivo anunciado por Taurotoro será Juan Bautista, que salió ayer por la puerta grande de las Ventas, Miguel Perera y Daniel Luque, puesto que Sebastián Castella ha justificado su ausencia por una reincidencia del desprendimiento del cartílago de la primera costilla izquierda. Con la entrada, y gracias al acuerdo con el Granada CF, al que se le entregó una placa como reconocimiento de su ascenso, se podrá ver a la granadina Rosa a las 22.30 horas en el Estadio de los Cármenes.

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