Corpus

El arroz caldoso logra imponerse al calor de la feria

  • La caseta de Los 17 celebró ayer su tradicional concurso de paellas y seis grupos de caseteros desafiaron a las altas temperaturas del ferial y al calor de los hornillos con el refrescante apoyo de las jarras de rebujitoCon un sol de justicia y los termómetros dislocados, varios caseteros se atrevieron ayer a competir a mediodía en un concurso de paellas que va camino de convertirse en una de las grandes citas del Corpus

Sólo un casetero de los pies a la cabeza puede ofrecerse libre y voluntariamente, en pleno goce de sus facultades mentales, a cocinar una paella en un hornillo portátil con lo que estaba ayer a mediodía cayendo en la feria. Pero existen por lo menos los seis que se atrevieron a preparar las del concurso de arroces que organizó Los 17: representantes de seis casetas tradicionales que optaban al honorífico premio por el simple hecho de divertirse con sus amigos durante la cochura y luego durante la cata posterior.

Bueno, bastante más de seis, porque alrededor de las seis paelleras que ayer concursaron en el certamen gastronómico de Los 17 había un grupillo de valientes. Algunos se atrevían hasta a cantar mientras le daban a la rasera, como los de La Polvareda. Pepa Quintana Morales y su grupo de amigos habían prepararon un "arroz porque sí", una receta personal con ingredientes de la mar y la montaña con la que ni esperaban ganar ni dejaban de hacerlo. "Lo único que queremos es participar y divertirnos", explicaba Quintana dando muestras del compañerismo que impera en el carácter fiestero de los caseteros.

La Cachucha competía con una paella de conejo, costillas y pollo que cocinaban al alimón Mercedes Martín, José María Martínez, María Dolores Morales, Luis Capilla y el jovencísimo Manuel Toledano. Ellos son algunos de los nuevos socios o incluso todavía hijos de socios de una caseta histórica que participa en el concurso desde hace años. Mariam Bolaños fue la encargada de defender el nombre de la Alboreá con un arroz con verduras con la que sus compañeros estaban seguros del triunfo.

El de La Pedrería lo defendía Pedro Gallego y Charo Gómez con una paella mixta de marisco y carne con la que ya han ganado muchos años. Ellos fueron los primeros en confesar el secreto para estar dale que te pego a la rasera y soportar los vapores de la enorme sartén con las temperaturas que se alcanzaron ayer: "Nosotros nos refrescamos constantemente con el rebujito". Y, en efecto, el trajín de jarras de rebujito entre las paellas competidoras era notable y el echo de repartir vasos de plástico era casi una forma de saludo entre los grupos de amigos.

Carlos Jiménez, de La Marimorena, intentaba revalidar su título de ganador del certamen por segundo año consecutivo. En esta ocasión el único cocinero profesional competía con una paella con pollo, mientras que el año pasado triunfó con su arroz con cordero.

El presidente de los caseta Los 17, Manuel Payán, hacía de anfitrión con todos los concursantes que iban llegando, con todos los amigos que los acompañaban, con todos los amigos de los amigos que no habían querido perderse la fiesta de mediodía.

Pero el auténtico anfitrión ayer de Los 17 fue Eduardo Martín, uno de los socios fundadores que se encargó de preparar un paella de 15 kilos de arroz, nada más y nada menos que para 170 personas.

Sólo alguien muy bregado en estos lances puede cocinar tal cantidad de arroz. Él, acompañado de su esposa, Rosa Adelaida Cera, se encarga todos los años de hacer esta megapaella de carne. "Estamos acostumbrados. Además de cocinar aquí en la caseta todos los años hacemos un arroz para la Hermandad en el Rocío", contaban.

Pero Los 17 no era la única caseta que organizaba ayer almuerzo. Los mismo calores que pasaban los cocineros los pasaban simultáneamente los voluntarios de otras casetas que hacían arroces, migas y otros guisos tradicionales casi a pie de albero.

Otras recibían invitados bajo sus lonas para las tradicionales comidas de mediodía. Por ejemplo, El Salero. Allí hicieron de anfitriones José Manuel Burgos, secretario de la caseta, y su mujer Pilar Pérez. Y también el padre de ella, José Luis, vicepresidente de la Federación de Caseteros y su mujer Pilar.

Y entre los invitados, estaban Fany Perez-Soler, consejera de Caja Granada, y su esposo Curro Ledesma, un declarado "amante de las tradiciones de Granada y su Andalucía".

El Salero sirvió ayer garbanzos con espinacas, el plato preferido de Ledesma. Hoy, como la caseta tiene la suerte de contar con otro socio ilustre, Juan Luis Álvarez, del restaurante Sevilla, y sus hijos Dani y Jorge, del Tartessos, esta vez tocará el turno de sus exquisitas papas con choco.

Y donde también hubo ayer revuelo, aunque ya por la noche, fue en Los Caireles, que entregaron con sorpresa, premeditación y alevosía su premio a la caseta más acogedora. En esta ocasión se ha preferido entregar a la persona más acogedora, y los socios decidieron entregárselo a una persona muy querida que está entre sus filas: a Antonio Fernández, "por su carácter amable, su generosidad y su dedicación, con la que sube todos los días del Corpus".

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