Corpus

Todo listo para el Corpus 2010

  • Horas antes de la inauguración oficial de la fiesta grande de la ciudad, en el recinto ferial de Almanjáyar no se descansa · Caseteros, camareros y vendedores ultiman cada detalle

Farolillos, altavoces, barriles de cerveza, telas, pizarras con los precios de las consumiciones... Oficialmente, la feria de Granada abre sus puertas hoy a las doce de la noche pero esta pequeña ciudad llena de casetas, columpios y tómbolas ayer echaba humo. Era el momento de dar las últimas puntadas para un nuevo Corpus.

Lo hacían todos. Desde los caseteros, técnicos de luces, limpiadores, comerciantes y hasta las vendedoras de algodones de azúcar como Damiana y Teodora. Estas dos hermanas, recién llegadas de la feria la Córdoba, limpiaban ayer por la tarde a contrarreloj su puesto de dulces, ubicado en la explanada de las atracciones del recinto de Almanjáyar. "Aquí estoy luz va, luz viene", comentaba sin descanso Damiana. No podía ser de otra manera porque nada más que en la parte delantera, su puesto, lleva instaladas cien bombillas. Superan los 60 años y a sus espaldas llevan muchos Corpus, por eso cuando comentan que "estas últimas fiestas están siendo duras y flojas" no cabe resquicio para la duda. De nuevo se comprueba a pie de calle que la crisis económica se hace palpable en cada rincón de la ciudad y por extensión, del recinto ferial.

Otras manos que ayer no paraban ni un segundo eran las de Juan Carlos Plaza, decorador de más de 22 casetas de Real granadino. Lleva dos días sin dormir y ayer tarde seguía dándole a la máquina de coser para terminar tres montajes más. Cuenta que ha cosido más de 5.000 metros de tela para 'vestir' diferentes casetas y a pesar de que faltan pocas horas para que la feria abra sus puertas no ve el momento de acabar. Forrar en tela una caseta puede costar entre los 1.000 y los 25.000 euros y, según sus palabras, no han sido pocos los caseteros que este año han prescindido de sus servicios o han optado por materiales más económicos para decorar su casa durante este semana.

Los socios de la Marimorena también daban los últimos retoques a su caseta. Alrededor de diez amigos colocaban los más de 1.000 farolillos y 2.000 flores que van en el techo de la instalación. "Este año todo es rojo y blanco, en honor al equipo de fútbol de la ciudad", comentaba uno de los socios. Todos vivirán en Almanjáyar durante una semana. Siete días en los que la comida y bebida no puede faltar en la barra. "Nosotros nos encargamos de comprarlo todo. En esta semana podemos llegar a facturar unos 30.000 euros, de los que 4.000 se van para proveedores", explicaba un feriante. Conscientes de que los bolsillos no están rebosantes de dinero han preparado precios asequibles para las familias con menús económicos y copas al alcance de todos.

Y así, como Juan Carlos, Damiana y Teodora también estaban José María y Santos, en su caso, montando los juguetes para su puesto y unos metros más atrás otros dos compañeros instalando los altavoces que emitirán más de 5.000 vatios de sonido en la caseta la Alcancía. "La música no puede faltar en la fiesta grande de la ciudad".

Ni la música, ni los algodones de azúcar, ni los columpios, ni el rebujito en las casetas, ni los puestos de bocadillos, ni los juguetes para los más pequeños. En realidad, infinidad de detalles que ayer se ultimaban para hacer de ésta una feria única.

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