Dos manuales de resistencia entre sevillanas y rebujitos en la Feria de Granada
La actualidad se cuela en las casetas del PP y del PSOE en pleno caso Koldo
El PP ve elecciones “en cualquier momento” y el PSOE llena La Rosa como muestra de unidad
La corrupción agrieta la lealtad de los socios de investidura de Pedro Sánchez

No había campaña electoral como en dos de los tres últimos Corpus, pero de política se ha hablado y mucho este martes en el Real de Almanjáyar. Tocaban los tradicionales encuentros de los partidos con los medios, una ocasión para, aparte de coincidir en otro tipo de ambiente con los representantes de la ciudad y la provincia, poder charlar de forma distendida. Quizás algo más que cuando hay unas urnas de por medio. Unas urnas que, con la crisis del PSOE por el caso Koldo, desde el PP se quieren aprestar a poner, mientras que desde el lado socialista se toca a rebato, prietas las filas, y como se escuchó en su caseta: “Que vengan”.
La Gaviota y La Rosa podrían considerarse casetas ya tradicionales. A mediodía tocaba la primera, la de los populares, con los tres principales representantes de las instituciones políticas de la provincia. Allí estaban, como anfitriona de la ciudad, la alcaldesa Marifrán Carazo, vestida de gitana para ir acorde a la feria, que no paraba de atender a miembros del partido y periodistas, secundada por parte de sus concejales como Francis Almohalla o Juan Ramón Ferreira. Antonio Granados, departiendo como delegado de la Junta, y Francis Rodríguez, presidente de la Diputación y del PP provincial, con muchos de sus diputados como Eric Escobedo o Antonio Díaz. El ambiente distaba de la euforia, pero las sonrisas de confianza eran muy difíciles de borrar de sus caras.
Francis Rodríguez se mostraba convencido de que el PP se encuentra en “un gran estado de forma” y aseguraba que están “preparados para un posible adelanto electoral”, que puede “ocurrir en cualquier momento” y es “lo que este país necesita”. Era lo que se respiraba. La estrategia la tienen clara a partir de ahora: no cometer errores que puedan poner de nuevo en desventaja al PP, y no aprovechar la bomba del caso Koldo de las presuntas mordidas que, a cambio de favorecer el amaño de contratos de obra pública, habrían supuestamente beneficiado al ya exsecretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, al exministro de Transportes, José Luis Ábalos, y a su exasesor dentro de la antigua cartera de Fomento.

Sin tampoco querer centrarse en la actualidad nacional, la regidora tiraba de casa, esperando “ofrecer buenas noticias a Granada” con la Capitalidad Cultural, pero no pudo esconder que “lo único que faltaría es un Gobierno de la nación serio”.
En La Rosa, lo cierto, es que ayer por la tarde casi no cabía un alfiler. La impresión y lo que se hablaba por los corrillos era que pocas veces habían visto tanta gente. Lo cierto es que sí lo parecía, ya que en pasadas elecciones no se la veía tan concurrida. Y había ganas de tomarse algo, quizás para olvidar dos semanas duras para el Partido Socialista. Y también para mostrar unidad ante las dificultades. También era prácticamente la presentación en sociedad de Raquel Ruz como nueva secretaria general del PSOE en la capital, y el partido la arropó. No paró de saludar a compañeros y militantes. Acompañada por su secretario de Organización, Pablo Mallol, y el vicesecretario Eduardo Castillo, Ruz agradeció en un breve discurso la asistencia de los militantes “en estos momentos difíciles, de rabia y enfado” por el caso Koldo.
El PSOE dio la sensación de sentirse aún fuerte. “Que vengan y pongan una moción de censura. Mientras tanto, sigue siendo el presidente electo de los españoles”, comentaba una militante recién llegada desde la propia calle Ferraz de Madrid. Aunque no todos eran tan optimistas o valientes. “Hay que apretar y unirse por lo que pueda venir”, decía un veterano de la formación en un corrillo, aunque confiado en que Pedro Sánchez volviera a salvar la situación. “Ya está fuera. Nosotros no mantenemos a los corruptos dentro”, se escuchó en otra conversación. El subdelegado del Gobierno, José Antonio Montilla, quien conocía a Santos Cerdán, aún comentaba el contenido del informe de la UCO. 490 páginas que se leyó de forma detenida para enfadarse, como el resto del partido, por sentirse engañados.
En el fondo, PP y PSOE acuden a su propio manual de resistencia. Los socialistas, para mantener el Gobierno. Los populares para conservar el impulso del caso hasta que haya comicios. Y mientras tanto, sevillanas y rebujitos.
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