Corpus

Un trabajo de simpatía, pero con el peligro de perder la voz

Diez personas para intentar llenar (hasta los topes si es posible) de gente dos casetas: la del D'Cuadros y la del Embrujo. Ese es el trabajo de los relaciones públicas. Por supuesto cuentan con ofertas: tres tintos -o cervezas- por tres euros y comida gratis, por la tarde dos copas por seis euros. "Conforme estén los animos, aunque los primeros días si estaban más baratas porque había menos gente", explica Beatriz Oñate.

"Empezamos el lunes a partir de la una y por la noche también venimos", explica. Al mediodía se acerca la "gente que lo importa comer de pie, luego por la noche hay un ambiente más variado". Pero para atraer a la clientela no bastan las ofertas, hay otras estrategias que son la simpatía y el desparpajo con la que uno cuenta y, por qué no decirlo, "echarle más cara que espalda, es el mejor truco", aclara Beatriz.

Además, el primer día, para acaparar la mayor cantidad de gente posible, todos se disfrazaron de ángeles negros. "Los chicos iban con unas alas y todas nosotras vestidas de negro y con mucha purpurina por lo alto", narra.

Pero cuando se le pregunta por lo peor de este trabajo no tiene dudas: "el calor, el polvo del albero y las ocho o diez horas que te tiras aquí de pie". Aunque por lo menos "te lo pasas muy bien, te tronchas de risa porque estás entre amigos; además conoces a mucha gente y te ríes con ellos mientras intentas que vayan a la caseta". Porque como ella misma dice "la inmensa mayoría de las personas son muy agradables y se portan muy bien". Además, todos los que trabajan como relaciones públicas conocen a personas que suben todos los días, por lo que al final "terminan haciéndose amigos al vernos todos los días y acaban visitando el pub cuando nos salimos del Corpus".

Tampoco es fácil, con el tremendo estruendo musical, hablar con las personas para explicarles las promociones con las que cuentan para atraerlos hacía sus casetas. "Tienes que elevar mucho la voz", y después de cinco o seis días en el ferial puedes terminar "un poco afónica o sin habla", como le ocurrió el año pasado.

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