Almuñécar, una alternativa de orilla a orilla

Almuñécar no es sólo playa, es historia, cultura, naturaleza, fauna y diversión. La ciudad Costera de Granada ofrece una cantidad de oportunidades para olvidar el bañador y la toalla en casa, al menos en el caso de visitar el agua salada. Actividades para los momentos en los que la calor hace acto de presencia, para los atardeceres que se pierden en el infinito del mar o para sumergirse en este sin necesidad de mojarse, Almuñécar es la alternativa veraniega para toda la familia, una opción a tener en cuenta desde la planificación de las vacaciones sin necesidad de salir de la provincia y que satisfará desde a los más relajados hasta los más exigentes.

Las mañanas de historia y cultura pueden comenzar en el Castillo de San Miguel. El origen de la estructura fortificada se remonta a la época griega y, después a la cartaginesa, periplo en el que recibió el nombre de Manoba Sexi Armun. La época nazarí fue la de mayor relevancia, mientras que durante el reinado de Carlos I se realizó una importante remodelación que enriqueció su fortaleza: se levantaron varias torres y un foso. Durante la Guerra de la Independencia el edificio sufrió grandes destrozos y fue desmantelado por los franceses, que llegaron a ocuparlo en el 1812. La flota inglesa liberó la fortaleza con una serie de bombardeos desde el mar. Posteriormente, se convirtió en el cementerio local y fue declarado Monumento Nacional en 1931.

Las reformas para la recuperación de su imagen original lo han convertido en un espacio turístico que, además, alberga el Museo Histórico de la ciudad. Se puede visitar de martes a sábado de 10:00 h a 13:30 h y de 18:30 h a 21:00 h. Los domingos sólo abre por la mañana de 10:00 a 13:00 y los lunes se encuentra cerrado.

En las inmediaciones del castillo, en el corazón del Casco Antiguo, se encuentra la Cueva de los Siete Palacios. La estructura en sí misma se remonta a alrededor del siglo I d.C y se trata de una de las manifestaciones urbanísticas más importantes de la España romana y que hoy en día que alberga al Museo Arqueológico Municipal, también llamado el Museo de los 7 Palacios. Ambos complejos tienen el mismo horario y la entrada conjunta al Castillo de San Miguel y Museo Cueva de 7 Palacios es de 4 euros adultos y 2,50 euros niños, pensionistas y carnet joven.

El acueducto de Almuñécar es otro enclave lleno de historia. La ciudad, fundada por los fenicios, comenzó a desarrollarse plenamente con la llegada de los romanos hasta alcanzar un estatus histórico. La presencia de los romanos supuso un importante desarrollo urbanísico gracias al desarrollo de la civilización, que supuso la construcción entre otras infraestructuras, un complejo termal, un foro o el acueducto, que transportaba agua desde Jete hasta la costa almuñequera. El acueducto de Almuñécar es uno de los más completos de Andalucía y contaba con un recorrido de más de 7 kilómetros, que se divide en 5 tramos.

No es necesario acudir al mar para ver a sus majestuosas criaturas. El Acuario de Almuñécar ofrece una otra experiencia única para los amantes de los animales marinos. El complejo subterráneo de más de tres mil metros cuadrados reúne a la fauna del Mar Mediterráneo y se encuentra situado debajo de la Plaza Kuwait y cerca del Ayuntamiento. Más de 3000 animales marinos y doscientas especies diferente conforman este acuario acuario, que se encuentra dividido en dos plantas diferenciadas temáticamente. La primera muestra la evolución de la vida marina, que parte desde las simples medusas hasta los más sofisticados caballitos de mar. El segundo nivel se centra en la función de la flora y la fauna en el ecosistema marino. Un túnel submarino de 17 metros de largo permite acercarse a como nunca a los tiburones y mantarrayas.

Normalmente, los visitantes que llegan antes del medio día tienen la oportunidad de ver a los trabajadores alimentando a estos animales, mientras nadan con ello vestidos con un equipo de buceo de inspirará a los más jóvenes de la casa. El complejo acuático abre sus puertas todos los días, excepto martes, de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 y la compra debe realizarse, al menos, 45 minutos antes del cierre.

Cuando la tarde se apaga y el sol se relaja, un paseo por el Parque Botánico el Bajuelo es la mejor opción para finalizar el día en Almuñécar. El parque se encuentra en plano parque histórico y permite apreciar la riqueza arqueológica de la región, puesto que aquí se conservan los restos de una antigua factoría de salazón de pescados, una actividad floreciente en Almuñécar en época feniciopúnica y romana. En este parque se puede encontrar una magnífica colección de plantas subtropicales de todo el mundo, importadas de países del centro y el sur de América, África, Filipinas y Nueva Zelanda. Además, en verano, al caer la noche, se convierte en el centro cultural y de ocio del pueblo, dado que aquí se celebran muchos conciertos y actividades lúdicas.

Los más pequeños de la familia piensan en planes alternativos y quizás la historia aún les quede demasiado grande, por ello la mejor promesa para que acepten las visitas anteriormente propuestas puedan ser el parque acuático Aquatropic o el Parque Ornitológico Loro Sexi. Aquatropic es un complejo repleto de diversión para toda la familia donde cambiar el agua salada del mar por la dulce diversión de todo tipo de atracciones como el Zig–Zag, el Kamikaze o el hidrotubo para los más atrevidos, el lago infantil para los que aún aprenden a relacionarse con el agua o el jacuzzi para los padres que necesitan un descanso. El complejo acuático abre sus puertas de lunes a domingo, entre las 11 de la mañana y las 7 de la tarde.

El Parque Ornitológico Loro Sexi recibe más de 3000 visitantes al año y es una de las visitas imprescindibles de Almuñécar. Situado en la ladera del Castillo de San Miguel, este parque alberga una importante colección de ejemplares de aves pertenecientes a más de cien especies diferentes. Desde la paloma común hasta el espectacular pavo real, pasando por los llamativos loros, tucanes, cacatúas, guacamayos, cisnes y patos.

Las tardes y las noches pueden ser los momentos más divertidos para la familia. Aunque un paseo tradicional es una actividad llamativa y saludable, las bicicletas del Paseo marítimo Tropical ofrecen un plus de diversión.

A partir de dos personas en cada vehículo, recorrer el paseo marítimo disfrutando del atardecer o del fresquito de la noche pueden hacer del final del día el mejor momento de éste, una oportunidad deportiva pero moderada que abre el estómago para disfrutar de los mejores chiringuitos de la Costa en primera línea. Eso sí, lo más recomendable es evitar las horas de calor, como con cualquier tipo de actividad física. Los menores deben ir acompañados de sus padres o tutores legales y se debe presentar un DNI que acredite la mayoría de edad del conductor del vehículo.

Como el verano es para las vacaciones y hasta las piernas deben descansar, también es posible recorrer la ciudad sin necesidad de pedalear. El Tropical Express espera a toda la familia para conocer la ciudad. El tren, que recorre la región costera desde 1988 es la mejor opción para disfrutar de un paseo tranquilo y relajado.

La historia de Almuñécar se remonta al año 15000 a.C., con la presencia de habitantes de la cultura argárica durante la edad de Bronce. A finales del s. ix a.C., los indígenas fueron colonizados por los fenicios, que crearon estructuras urbanas de la colonia de Ex, Seks o Sexi, hasta que, a finales del s. iii a.C. llegaron los romanos, que ya se encontraron con una ciudad bien estructurada que contaba con una economía pujante centrada en la salación de pescado y la fabricación de garo, así como un la circulación de una moneda propia. La ciudad fue entonces remodelada, construyéndose templos, el teatro y el acueducto.

En el año 755 desembarcó en su puerto Abderramán I, quien fundaría un año más tarde el Emirato de Córdoba, pasando Almuñécar a ser parte de la división administrativa de los musulmanes a la cora de Elvira. En la ciudad se producía caña de azúcar, plátanos, pasas, cereales, todo tipo de frutos y casi todos los geógrafos señalan la buena pesca que se obtenía en sus aguas. La ciudad disponía de puerto pesquero, arrabales o barrios extramuros, mercados y una mezquita mayor.