Motril se tiñó de negro este fin de semana tras la pérdida de Encarni y Manolo el pasado sábado. Centenares de personas, de la propia localidad costera y de otros puntos de España, se trasladaron al tanatorio municipal ayer para despedir a esta pareja, cuya muerte, en trágicas circunstancias, ha dejado una herida que tardará en sanar. 

20 años llevaban compartiendo la vida esta pareja, gran parte de ellos en compañía de sus hijos (de 15 y 12 años) que ahora quedan bajo la tutela familiar. Esa felicidad se acabó de la peor manera posible, cuando el sábado el coche en el que circulaba la pareja se salió de la vía y cayó, por un desnivel de unos tres metros, sobre una zona de matorrales y dejando a Encarni en un estado grave. Los servicios de Emergencias 112 se trasladaron rápidamente hasta el lugar pero poco pudieron hacer para salvar la vida de la mujer, que falleció pocas horas después. 

Pero no fue la única herida que surgió de aquel accidente. Manolo, guardia civil de Tráfico en Salobreña, fue incapaz de superar la pérdida de su alma gemela y terminó quitándose la vida doce horas después del accidente en su piso de Playa Granada. 

Encarni y Manolo, la pareja de Motril fallecida

"No nos habíamos repuesto aún de esa trágica noticia cuando inmediatamente conocíamos" que su marido "también había decidido quitarse la vida", comentaba ayer Luisa García Chamorro, alcaldesa de Motril y una de las personas, junto a otros miembros de la corporación, que fue a apoyar a la familia de esta pareja en la tarde del lunes. 

No fue la única, por supuesto. Los alrededores del tanatorio se llenaron ayer de gente, consternada por la pérdida de Encarni y Manolo, lo que muestra el cariño que Motril le tenía a la pareja. Un cariño que, pese a todo, no se circunscribía únicamente a esta localidad, pues también estuvieron presentes varios miembros, de Madrid, de la empresa de seguridad en la que trabaja Encarni; también estuvieron presentes miembros de la Benemérita, en honor a su compañero, que incluso escoltaron al coche fúnebre hasta el cementerio. 

Quienes la conocían destacaban la buena química de la pareja, resultado de pasar toda una vida juntos. Un amor del que, en cierto sentido, era partícipe también el municipio, que ahora se volcará con la familia que dejan atrás Encarni y Manolo.