La situación que atraviesa la empresa Lecta a nivel nacional, debido a los altos costes energéticos a los que hacer frente desde hace varios meses, la subida de los materiales y la merma en la demanda, afecta de una forma directa a la fábrica que tiene en Motril, lo que ha motivado cierta preocupación entre los trabajadores de la planta motrileña de Torraspapel que puede verse afectada por un expediente de suspensión de contratos de trabajo motivado por temas de carácter productivo y organizativo.

Según la notificación enviada a los distintos miembros del comité de empresa, al que ha tenido acceso este periódico, la empresa se encuentra en un periodo de negociación previo al procedimiento de suspensión de contratos y reducción de la jornada laboral. Negociaciones que ya habrían comenzado y en las que se habría planteado la posibilidad de iniciar dichos procedimientos a principios de 2023 y con una duración máxima de cinco meses.

La medida no sólo afectaría a los trabajadores de la fábrica de papel de la Costa de Granada, formado por unos 300 empleados, ya que las negociaciones se están realizando también con las plantas de producción de Zaragoza, Leitza (Navarra), Sant Joan Les Fonts (Girona) y Almazán (Soria).

En el caso de la Costa de Granada, se trata de una situación incómoda y que mantiene en vilo a multitud de familias de Motril al ser su principal sustento económico, y que preocupa también al sector del transporte de la zona que opera con la empresa en sus portes.

Desde el grupo Lecta anunciaron hace algunas semanas que se iban a realizar paradas temporales en algunas de sus fábricas debido a los altos costes de producción, derivados principalmente por la subida que había experimentado la energía y una disminución en la demanda de productos.

Motivo por el que señalaban paradas temporales en varias de sus fábricas de papel, programadas "de manera que se garantice nuestro alto nivel de servicio habitual a los clientes".