Almuñécar 'recupera' la tirada del copo

Durante décadas esta actividad formó parte del paisaje humano, emocional y económico de Almuñécar, y su evocación es un homenaje "muy merecido" a generaciones de pescadores y familias que vivieron del mar

Uno de los momentos sacando el copo del mar
Uno de los momentos sacando el copo del mar / Alba Feixas

Hace varias décadas que se prohibió esta forma de pesca que suponía el sustento para muchas familias de pescadores de la Costa Tropical. Para muchos algo casi impensable ya y más propio de otros tiempos. Almuñécar ha revivido la tirada del copo, en el marco de la celebración de las fiestas del barrio de Los Marinos, como homenaje y recuerdo a todos aquellos hombres y mujeres de la mar que con esfuerzo y destreza se acercaban cada día hasta la orilla de la playa para tirar con fuerza de las redes.

Un poco antes de las 20 horas la playa de San Cristóbal, a la altura de Chinasol, la gente se arremolina alrededor del Ortuño, la barca de pesca que será la encargada en esta representación de ir tirando las redes para conseguir, de forma simbólica porque después se devolverán al mar, la mejor captura del día. Nadie quiere perderse esta ancestral práctica de pesca que en los años 80 ya era muy perseguida en Almuñécar.

El presidente de la Asociación Almuñécar Patrimonio Cultural, Manuel Mateo Sánchez, explica que el objetivo es "traer a la memoria de todos los almuñequeros y visitantes, una práctica de pesca artesanal que se prohibió hace unas décadas y que es muy desconocida para muchos. El tiro del copo es una estampa de otro tiempo, una imagen mítica de hombres de mar, sudor y esfuerzo colectivo, donde el pueblo se reunía en la orilla para sacar lo que el mar ofrecía".

En la recreación han participado alrededor de una veintena de personas, entre los marineros que tiran del arte -la tralla-, los que bogan en la embarcación o los que tiran el arte al mar. "Se hace en homenaje a la gente del barrio de Los Marinos y para darle un poco más de fuerza a las fiestas de la Virgen del Carmen", apunta Sánchez, quien reconoce que conseguir los permisos para esta recreación no ha sido tarea fácil. "Tenemos que agradecer el trabajo incansable de algunos funcionarios de la delegación de Agricultura, Agua y Pesca de Granada que han hecho todo lo posible para que esto sea una realidad".

Uno de los participantes tirando de las redes
Uno de los participantes tirando de las redes / Alba Feixas

Sobre esta práctica, el presidente de la Asociación reconoce que aunque se prohibió hace algunas décadas, en la costa sexitana hubo familias que de forma esporádica echaba algún copo para "sobrevivir", aunque "tuvieron que enfrentarse a multas bastante cuantiosas, les quitaban las artes de pesca y las embarcaciones. Hubo familias que fueron sometidas a situaciones verdaderamente críticas en el ámbito de familia que se quedaron con absolutamente nada".

Desde la organización apuntan que al igual que San Cristóbal, otros rincones del municipio fueron testigos "del esfuerzo de nuestros hombres de la mar para ganar el sustento para las familias". "Estamos seguros de que para los más jóvenes será una experiencia inédita, y a los más veteranos les provocará la nostalgia de un tiempo pasado que difícilmente volverá. La tradición es aquello que nos da raíces, que nos caracteriza y diferencia y, por lo tanto, nos identifica. Con esta tirada del copo pretendemos valorar una tradición genuina de nuestra tierra, que sirva para reconocer esa dura labor de los voluntariosos pescadores del barrio de Los Marinos, son memoria viva de la historia marinera sexitana".

Van colocando los listones de madera para desplazar la barca hasta el mar
Van colocando los listones de madera para desplazar la barca hasta el mar / Alba Feixas

Toda una vida ligada a mar

El encargado de dirigir la barca es José Ortuño, que a unos meses de cumplir los 80 años, recuerda como empezó a trabajar en el mar con solo 8 mientras comprueba que todo está correcto antes de echarse al mar mientras el resto de participantes preparar las redes que van a utilizar.

"Por favor, si dejamos más espacio y no nos agolpamos alrededor de la barca, todos podemos ver lo que está pasando", apunta con un megáfono uno de los miembros de la organización sin mucho atino porque los concentrados intentan seguir todo lo que está ocurriendo, lo más cerca posible. Poco a poco, empiezan el baile de coordinación para ir colocando los listones de madera que les permitirá desplazar, no sin esfuerzo, la barca hasta el mar. Y casi en un abrir y cerrar de ojos, comienzan a dar una vuelta por la playa de Chinasol, extendiendo las redes.

En la orilla, los marineros se preparan para tirar del copo cuando esté completamente extendido en el mar. Ayudados con unas cadenas de metal que ágilmente enganchan en las cuerdas cada vez que consiguen sacar unos pocos metros. La expectación entre los asistentes crece por momentos. Algún que otro usuario de la playa recrimina que se agolpen, impidiendo ver a los que llevaban algo más de tiempo guardando un sitio, pero la emoción se apodera de muchos que intentan acercarse más. La red está casi fuera, ya se pueden ver algunas de las capturas dar saltos. "¡Esto es un salmonete!", señala uno de los marineros que rápidamente coge el pez y lo tira del vuelta al mar. "La mayoría son lachas", señala otro.

Foto de familia antes de empezar la recreación del copo
Foto de familia antes de empezar la recreación del copo / Alba Feixas

Tras unos segundos observando la pesquera, y más de una foto, los peces vuelven al mar entre los aplausos de los congregados y alguna que otra lágrima de emoción por lo vivido.

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