Agresión en el Hospital de Motril

"Hemos pasado en muy poco tiempo de los aplausos en los balcones a los insultos, las amenazas y las lesiones"

  • Solicitan a la Administración pública que incluya un régimen sancionador en la Ley de Salud Pública que pueda imponer sanciones administrativas ejemplares 

"Hemos pasado en muy poco tiempo de los aplausos en los balcones a los insultos, las amenazas y las lesiones"

"Hemos pasado en muy poco tiempo de los aplausos en los balcones a los insultos, las amenazas y las lesiones" / Alba Feixas

Cada noche aplaudimos en los balcones, la muerte huye con sus dragones, callamos al silencio un día más. Nunca olvidaremos vuestro ejemplo. Nunca olvidaremos la dedicación. Nunca olvidaremos el esfuerzo. Vuestro amor es nuestra inspiración. Por los que nunca miran el reloj mientras curan. Por los que hacen suyas las heridas de los demás. Por los que merecen los abrazos prohibidos. Y se meten contigo en la boca del lobo, sin mirar atrás …. Hace escasamente dos años el grupo madrileño Vetusta Morla, acompañado de un amplio elenco de cantantes del país homenajeaban en Los Abrazos Prohibidos a los trabajadores de la sanidad. Cada tarde, el silencio imperante en las calles, plazas y avenidas de toda España, se rompía con el reconfortante sonido de unos aplausos cargados de agradecimiento a todos aquellos que se exponían a lo desconocido. Todo esto parece que ha quedado lejos.

Unos 200 profesionales sanitarios de diferentes ámbitos del Hospital Santa Ana de Motril se han concentrado a las puertas del servicio de Urgencias para mostrar su repulsa y gritar basta ya a las agresiones que tienen que sufrir casi a diario, y que en los últimos días ha sacudido especialmente al centro hospitalario motrileño tras una multitudinaria agresión a cuatro de sus trabajadores.

Están cansados del problema de civismo acuciante que, lejos de ir remitiendo con el paso del tiempo, son cada vez más los casos registrados. Lejos quedaron esos aplausos. Solo durante 2022 se registraron 138 casos de agresiones físicas o verbales a profesionales sanitarios de la provincia de Granada, cifras que, lejos de parecer residuales, van en aumento con el paso del tiempo –en 2021 fueron 124 y en 2020, 114-, según los datos de la Consejería de Salud y Familias. El último caso del que se tiene constancia, según adelantó este periódico, el sufrido en el Servicio de Urgencias del Hospital Santa Ana de Motril, que dejó como resultado a dos guardias de seguridad heridos graves, y leves una celadora y un enfermero.

"Por desgracia, una vez más, los familiares de una paciente en desacuerdo con las normas del centro agreden a los profesionales que trabajan en él. Su misión es precisamente ayudarles, atenderles y cuidarles. Hemos pasado en muy poco tiempo de los aplausos en los balcones a los insultos, las amenazas y las lesiones. No estamos dispuestos a normalizar estas agresiones ni a permanecer callados cada vez que esto ocurra", explica el secretario de la junta de personal del Área Sanitaria Sur de Granada, Mariano Sánchez, quien reseña que solo el pasado año se registraron casi 1.500 casos, a los que habría que añadir los que no se denuncian por miedo a las represalias.

Sánchez, señala que "las agresiones físicas y psíquicas que sufren los profesionales de los centros sanitarios hacen necesaria y urgente la adecuación de los medios disponibles para evitarlas, así como la adopción de medidas disuasorias que realmente castiguen las mismas", y animas a los profesionales sanitarios a que no permanezcan callados y denuncien todas las agresiones, además, solicitan a la Administración pública que incluya un régimen sancionador en la Ley de Salud Pública que pueda imponer sanciones administrativas ejemplares y que la identidad de los denunciantes sea inaccesible para los agresores.

Según los datos, la mayoría de las agresiones registradas en la provincia se han producido en la Atención Primaria, que acapara más de la mitad del total, el 57,23 %, incidiendo en que el 28 % de ellas tienen lugar en las consultas médicas, zona de admisión (23,63 % del total) y urgencias (el 15,56 %), principalmente por estar en desacuerdo con las normas de funcionamiento del centro y con el trato o la atención recibida, por demandar atención fuera de cita programada o un tratamiento distinto al prescrito y, en otras ocasiones, sin una causa aparente.

Concentración en la puerta de Urgencias del Hospital de Motril Concentración en la puerta de Urgencias del Hospital de Motril

Concentración en la puerta de Urgencias del Hospital de Motril / Alba Feixas

"Queremos mostrar nuestra repulsa ante este tipo de comportamientos, y nuestro apoyo a los profesionales sanitarios agredidos. Por desgracia, se trata de una lacra social y la única manera de combatirla es la denuncia por parte de los profesionales sanitarios, así como la colaboración por parte de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado", indica la subdirectora de Enfermería del Hospital Santa Ana, Sonia Muñoz, quien añade que desconoce el motivo para que este tipo de conductas se sigan produciendo hoy en día.

Por su parte, Pablo Vázquez, subdirector médico, señala que cuando se analizan este tipo de agresiones multitudinarias "no hay una explicación lógica, ninguna agresión se puede justificar, pero menos una agresión de este tipo. La sensación que tenemos es que cualquier persona que hubiese estado en ese momento habría resultado agredida. Las imágenes de las cámaras de seguridad son muy impactantes, se ve como abordan de una forma multitudinaria a cuatro personas indefensas que estaban socorriendo a una persona que había tenido un desfallecimiento, y como después de agredirlas, salen corriendo y dejan de tener esa preocupación que tenían por la persona que estaba ingresada. No hay mucho que explicar, el sistema sigue siendo el mismo que había antes y durante la pandemia, no ha cambiado nada".

Vázquez añade que "el objetivo con el que venimos nosotros aquí todos los días a trabajar es para ayudar a la gente, intentar solucionarles sus problemas y que recibamos esta agresividad y hostilidad, no tiene nunca explicación".  

Durante diez minutos, los profesionales sanitarios del Hospital Santa Ana de Motril, acompañados por representantes políticos y sociales de la ciudad, han permanecido en silencio en la puerta de Urgencias portando una gran pancarta con el lema 'Stop Agresiones'. 

La concejala de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Motril, Mª Ángeles Escámez, lamenta que se realicen este tipo de agresiones, "los sanitarios están aquí para sanar, curar y ayudar y no para aguantar este tipo de actos vandálicos, que no tendría porque aguantar ningún ciudadano. Desde el Ayuntamiento mostramos nuestra repulsa a este tipo de atentados, porque no tienen otro nombre, a la integridad de las personas, los profesionales sanitarios, y en general a la ciudadanía". 

Según explicó a Granada Hoy una de las personas afectadas en esta última agresión, pasada la una de la madrugada el miembro de una familia de la zona ingresaba en el Hospital con pronóstico reservado, al poco tiempo distintos familiares comenzaron a llegar a las inmediaciones del centro hospitalario, unas 30 o 40 personas según varios testigos. "Al principio todo fue normal, fueron entrando poco a poco para ver a la persona que estaba ingresada, tal y como establece el protocolo de Urgencias. Pero hubo un momento en el que uno de esos familiares se mareó estando en la puerta y empezaron los gritos. En cuestión de segundos pasaron de requerir un médico con urgencia a gritar: un médico, hijo de puta. Fue casi imposible atender a esta persona, todos los familiares estaban encima y se les requirió en varias ocasiones que dejasen un poco de espacio para poder atender al desfallecido".

Posteriormente, el agente de seguridad pidió a los familiares que esperasen en la puerta o en la sala de espera, "en ese momento llegó el primer puñetazo y empezó una auténtica batalla campal. Los familiares nos rodearon y empezaron a propinarnos puñetazos, patadas, en la cara, en el estómago, en el oído. Iban para todos lados". Pegar al personal sanitario está castigado como si la agresión fuese a un Policía.

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