Hace 22 años la joven María Teresa Fernández desaparecía sin dejar rastro en pleno centro de Motril cuando se dirigía a la feria, desde entonces muchas han sido las líneas de investigación que se han seguido para intentar esclarecer o arrojar algo de luz sobre el paradero de la motrileña que dejó en vilo a miles de personas y que su familia pide que nunca dejen de buscar. Veintidós años de una lucha y búsqueda incansable que han materializado en un libro solidario para que 'Mari Tere' no caiga en el olvido.

La publicación, realizada por la Fundación QSD Global, intenta luchar contra el olvido de las personas desaparecidas que se convierte en un alegato de lucha y esperanza con un marcado componente emocional y humano, haciendo un recorrido por los 22 años de ausencia.

El presidente de la Fundación QSD Global, José Lorente, explica que la edición de este libro surge como un homenaje a los padres de la joven, Antonio y Teresa, "por estar abiertos a colaborar con otras familias que han sufrido pérdidas similares de seres queridos". "El libro puede adquirirse desde 10 euros, mediante donación a la Fundación Europea por las personas desaparecidas QSD Global, con destino a su programa de ayuda y acompañamiento a familiares desaparecidos".

Por su parte, Antonio Fernández, padre de la joven, agradece al apoyo mostrado por la Fundación QSD Global, así como del Ayuntamiento de Motril y de los medios de comunicación por apoyarlos en todo momento. "Estamos en una situación terrible, porque esto no se olvida nunca, pero gracias a actos, que arrojan un poco de luz, nos sentimos reanimados y con fuerzas para seguir luchando por encontrar a María Teresa".

Teresa Martín agradece a toda la gente que ha estado implicada en el caso desde el inicio y que hace todo lo posible por seguir manteniendo el recuerdo de su hija, además de a todas esas personas que les muestran su apoyo para seguir luchando. "No falta solo nuestra hija, falta la hermana, la tía, la vecina, la amiga de todos ellos…". Por otra parte, da las gracias a la alcaldesa de Motril, Luisa García Chamorro, por el monolito que se inauguró el pasado mes de marzo junto a la Fuente de la Esperanza en el Parque de los Pueblos de América de Motril, lugar cercano donde fue vista la joven motrileña por última vez, y que recuerda a la joven así como a todas las personas desaparecidas, porque "como todo el mundo dice, hoy hace 22 años que desapareció nuestra hija, y hoy por primera vez hemos tenido un rinconcito al que acudir para poner una flor en recuerdo de ella".

"Llevamos 22 años luchando, y nos faltará vida para seguir luchando. Nos caeremos, pero ahí estaréis vosotros para levantarnos, contamos con vosotros para seguir luchando", añade la madre de la joven.

El periodista Paco Lobatón incide en que "las desapariciones son hechos fortuitos pero que afectan a ciudadanos de pleno derecho. Hay un lema que se ha hecho fundamental entre las familias de personas desaparecidas y es que cuando una persona desaparece, no desaparecen sus derechos. Como sociedad tenemos un compromiso con las personas desaparecidas, y no se trata solo de solidaridad humana y acompañamiento, sino de proveer los medios necesarios de todo tipo para que se pueda llegar a la resolución del caso". 

María Teresa desapareció el 18 de agosto de 2000 en plena celebración de la feria de Motril y lo último que se sabe de ella fue un mensaje registrado en el teléfono móvil del que era su novio en el que decía que iba a llegar tarde a una cita con él, instantes antes de que su padre la llevara en coche hasta una céntrica parada de autobús.

Desde que desapareció la joven, sus familiares, amigos y las fuerzas de seguridad la han buscado por distintos puntos y se han distribuido fotografías suyas por todas las comunidades autónomas, así como por internet, acompañadas de manifestaciones mensuales para evitar que el caso cayese en el olvido.