La campaña de subtropicales arranca con una caída de precios

La última campaña de frutas subtropicales no ha arrancado de la manera esperada. Las altas temperaturas aún presentes en la zona sumadas al aumento de producción en un espacio corto de tiempo hace que el mercado se colapse y el precio caiga en picado para desgracia de los agricultores de la Costa Tropical, donde se concentra un gran porcentaje de su cultivo.

El ingeniero agrónomo, Carlos Ferrón, explica que en el caso del mango ha arrancado la campaña de los subtropicales con un precio medio más bajo de lo normal, situándose entre los 0,80 y 0,85 euros el kilo. "Unos precios que para muchos agricultores hacen que las fincas no sean sostenibles y el propósito es intentar remontar".

El problema, señala Ferrón, es, por una parte, la superproducción, ya que según las estimaciones esta campaña se producirán unas 32.000 toneladas, y todo se concentra en un mes o mes y medio. "La oferta y la demanda hace que colapse un poco el mercado. Tampoco se puede olvidar que venimos de años más bajos y no tenemos acostumbrado al sector a que las comercializadoras muevan tantos kilos de forma repentina y es uno de los principales hándicaps". Algo que considera que no ocurrirá con el aguacate. "Creo que tendrá un precio más estable y parecido al del año pasado, aunque sigue siendo un tema de oferta y demanda", y espera que el próximo año tenga un remonte de precios, aunque sin olvidar que cuando un alimento experimenta un descenso en su precio, "entra más fácil en la cesta de la compra y se puede crear un poco más de hábito de consumo".

En el caso de la chirimoya, apunta que también ha salido con un precio bajo. Algunos años comienza la temporada en septiembre con precios "aceptables", el problema, incide, es que "la chirimoya es un producto que se consume en frío, cuando viene el frío, y ahora mismo las temperaturas no invitan a consumir este tipo de frutas. De hecho, está ocurriendo lo mismo con la castaña, te la encuentras en los supermercados, pero poca gente se la está llevando ahora mismo porque no apetece comerla".

El calor hace que la chirimoya siga madurando el fruto, la planta se estresa y libera carga tirando el fruto al suelo. "Si bajaran un poco las temperaturas el fruto se retendría en el árbol y seguiría engordando para que el ciclo de la chirimoya se estabilice".

"Los mercados no están acostumbrados a tanta oferta y demanda. Además, este año sumamos que los aranceles de Trump a otros países productores han motivado que envíen mucha más producción a Europa y haya más frutos tropicales a la venta", indica.

Ferrón considera que "hay que intentar remontar ese precio de cara a futuras campañas, porque corremos el riesgo de que el agricultor se plantee si sus fincas son sostenibles”.