La Costa da los últimos coletazos al verano con la vista puesta en romper la estacionalidad turística
Piden iniciativas para promover el turismo más allá de los meses fuertes del verano
Final del verano en la Costa Tropical con una ocupación de hasta el 90%
El sonido de las chicharras, el de las copas al brindar o el de los infantes jugando y corriendo en la orilla de la playa, dan paso al de las ruedas de las maletas que salen apresuradas de los hoteles y alojamientos turísticos de la costa, al cierre de persianas de las segundas residencias a la espera de un próximo fin de semana largo o al de los motores de los coches que hacen la penitencia de vuelta por la A-44 con destino a la capital o diferentes puntos de la geografía española. Septiembre llega con la vuelta a la rutina de muchas personas que apuran hasta el último resquicio de verano, pero también con el alivio de muchos que llevan todo el periodo estival soportando las altas temperaturas y que comienzan, ya sí, su merecido descanso.
Los establecimientos hoteleros de la Costa Tropical inician el noveno mes del año con reservas que la sitúan por el momento en una previsión de entre el 65 y el 70%, algo que podría incrementarse gracias a las reservas de última hora. En líneas generales, los empresarios valoran positivamente la ocupación registrada durante los meses altos de la temporada, aunque consideran que quede por poner en marcha un "real plan de marketing" en torno al destino.
El presidente de la Asociación de Hoteleros de la Costa Tropical, Jesús Megías, hace un llamamiento a la Junta de Andalucía para poner en marcha una estrategia de comercialización que diferencie al destino. Los hoteleros esperan poder alcanzar durante septiembre el 75% de ocupación, antes de que entre la temporada de otoño e invierno, donde, hasta que llega la primavera, muchos hoteles optan por cerrar al no ser rentable mantenerlos abiertos.
En este sentido, Megías pide medidas para "romper la estacionalidad" en esos ocho meses en un destino que no tiene "nada que envidiar" a los del resto de Andalucía.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Chiringuitos y Empresarios de Playas, Francisco Trujillo, señala que el tipo de turismo ha cambiado y los usuarios buscan conseguir experiencias únicas y un plus añadido para pasar sus vacaciones. “Hemos acabado agosto con un balance positivo, pero a nosotros no nos preocupa julio y agosto porque siempre son buenos, nosotros apostamos por conseguir buenos resultados en los dos meses previos y en los dos posteriores. Mayo y junio han cumplido nuestras expectativas y confiamos que septiembre, octubre e incluso la primera quincena de noviembre también lo consigamos. Estos meses son los que marcan un año bueno arañándole meses a la temporada baja. Creo que ya hemos roto la estacionalidad poco a poco. Y lo hemos hecho con mucho trabajo y con una climatología que cambia continuamente haciendo más cálidos los meses que antes eran más fríos", reconoce.
Trujillo destaca que los cerca de 80 negocios que hay en las playas de la Costa Tropical se han sumado al colectivo, que apuesta por un nivel de clientes que buscan calidad, amabilidad, un trato profesional y espacios agradables en los que disfrutar de una buena comida junto al mar, además del resto de servicios de ocio que les ofrecen las empresas de actividades náuticas. En este sentido, indica que en los últimos años están creciendo bastante porque han incorporado a establecimientos situados en primera línea de playa, especialmente restaurantes y terrazas.
Su principal objetivo es “seguir promocionando la Costa Tropical como destino turístico de primer nivel, y creemos que sumar a la asociación a otros establecimientos de calidad situados en primera línea de playa será muy positivo porque a todos nos mueve el mismo objetivo".
La reserva previa y el 'chiritardeo'
El presidente de la Asociación de Chiringuitos reconoce que uno de los cambios que implantaron en los negocios del litoral una vez finalizada la pandemia, el sistema de reserva previa, sigue manteniéndose al agilizar el trato cliente-consumidor.
“Hemos comprobado que es el mejor sistema de trabajo porque consigue que el cliente tenga su mesa reservada a la hora elegida y no tenga que esperar, y a nosotros, nos ayuda a ser mucho más previsores en nuestras compras, a la hora de preparar menús y platos y a organizar mejor los turnos y horarios de trabajo de nuestras plantillas", señala.
El sector de playas en la Costa Tropical de Granada genera un millar de empleos en temporada alta y en torno a 700 en los meses más flojos, según señalan, lo que los sitúa como uno de los grandes sectores sobre los que se sustenta la economía de la comarca litoral de Granada junto a la agricultura. Poco a poco han conseguido que el trabajo en los chiringuitos sea un trabajo bien remunerado, se cumplen los horarios y días de descanso correspondientes.
Trujillo agradece todos los que trabajan en sus establecimientos con unas temperaturas bastante altas y en ocasiones insoportables. "Son los mejores profesionales y ya hemos pasado lo peor, solo nos queda la recta final del verano. Estamos muy contentos porque ahora trabajamos muy bien al mediodía y por la noche, pero también se ha puesto de moda el tardeo o 'chiritardeo' como lo llamamos ahora, dando paso a cenas que acaban antes que hace unos años, consiguiendo que nuestros empleados puedan marcharse antes a casa. Para nosotros es muy importante que trabajen a gusto y salgan satisfechos cada día, solo así nos aseguramos funcionar bien que es lo más importante".
Con septiembre se retoman las reivindicaciones
Pero septiembre también llega con las pilas cargadas para seguir reivindicando las grandes infraestructuras de la Costa. “A partir de mediados de septiembre comenzaremos a organizar nuevos programas para exigir al Gobierno que los espigones lleguen a todas las playas de la Costa Tropical porque los necesitamos. Ahora empiezan los trabajos en el de Playa Granada, pero necesitamos asegurar otras playas y vamos a seguir peleando por ellos en todas las administraciones competentes", señala Trujillo.
En cuanto a las perspectivas de futuro de estos negocios, "cuando hicimos las reformas a los chiringuitos, no solo los adaptamos a lo que nos marcaba la Ley de Costas, sino que también fuimos previsores para poder trabajar en los meses de invierno que aquí son suaves y cálidos. Por eso, la mayoría de nuestras plantillas son fijas y estables. Normalmente, tomamos vacaciones entre diciembre y enero, y ya en febrero nos volvemos a poner las pilas para retomar la actividad"
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