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A pesar del aviso amarillo que la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) tenía activado en la Costa de Granada con la previsión de vientos de hasta 60 kilómetros por hora y olas que pueden alcanzar los tres metros, y de las prohibiciones de distintos ayuntamientos que han tenido que colocar sus banderas rojas en las riberas por el fuerte oleaje, multitud de personas no han faltado a su cita a la vera del mar en el primer sábado de julio.
Durante la jornada se han escuchado más de una advertencia de los vigilantes de la playa, que prestaban especial atención a aquellos que se acercaban hasta la orilla "solo para mojarme los pies, no me voy a meter", como aseguraba más de uno. Desde el Ayuntamiento de Gualchos Castell de Ferro advertían a vecinos y veraneantes que desde el mediodía ondeaba la bandera roja en sus playas, por lo que pedían mucha precaución. El Ayuntamiento de Torrenueva Costa también incidía en la prohibición de adentrarse en el agua por el fuerte oleaje.
De hecho, más de uno y de una ha tenido que salir corriendo en busca de alguna sombrilla, bolsa o camiseta que ha salido volando. La escena se repite en prácticamente todo el litoral, desde Almuñécar a La Rábita. "Ya que hemos bajado de Granada para echar el día en la playa, comeremos e intentaremos estar lo mejor posible, si no nos podemos bañar, nos echaremos agua por encima con cubos o algo, no hay problema con eso", explica Antonio Jiménez, un vecino de La Chana que ha ido a la playa de La Rijana junto a dos amigas.
Otros, sin embargo, han optado por no salir del chiringuito y "hacer tiempo" para ver el partido de cuartos de final entre Inglaterra y Suiza. "Hoy no se puede estar en la playa del viento que hace, así que habrá que refrescarse de otra manera", señala Paco Rodríguez, de Almuñécar.
De cualquier forma, viento incluido, el litoral granadino ha experimentado un gran inicio de julio en sus playas, que aguardan expectantes a que vecinos y veraneantes disfruten de una nueva temporada estival con aroma a protector solar, sudor y mar.
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