Golpe al tráfico de personas: Desmantelan una red que se dedicaba a introducir personas en Melilla, Granada o Almería

La investigación, que ha durado más de un año, culmina con un total de 13 detenidos y se han intervenido múltiples terminales móviles para su análisis, aunque no se descartan nuevas detenciones

Dos narcopateras desembarcan a cerca de un centenar de migrantes en la playa de La Rábita

Agentes de Aduanas con un detenido
Agentes de Aduanas con un detenido / G.H.

Hace tan solo un par de semanas la Guardia Civil detuvo a 17 personas, entre ellos varios menores, que llegaron hasta la costa de Granada en "una embarcación neumática de alta potencia". Fueron trasladados hasta las inmediaciones de la playa de La Rijana, término municipal de Gualchos, donde a unos 10 metros de la orilla, se lanzaron al agua y la planeadora en la que viajaban se dio la vuelta para regresar mar adentro a gran velocidad. No es un hecho aislado. Durante 2024 fueron numerosas las imágenes que se pudieron ver por redes sociales de vecinos de distintos municipios del litoral granadino y almeriense, que impactados por ver como se producían estos desembarcos en directo, no dudaron en grabar vídeos con las llegadas. Ahora, agentes de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria de Melilla, en colaboración con la Unidad Contra Redes de Inmigración Ilegal y Falsedad Documental (Ucrif) de la Policía Nacional, han dado un nuevo golpe al tráfico de personas con la detención de más de una decena de personas relacionadas con estos hechos delictivos que operaban en distintos puntos de la ciudad autónoma, Granada y Almería.

En concreto, según apuntan desde la Agencia Tributaria gracias a las investigaciones realizadas por el grupo de trabajo desde 2024, se ha podido detener a 13 personas vinculadas presuntamente a una organización criminal asentada en Melilla y Marruecos que se dedicaban a introducir a personas de forma irregular al territorio español, además de suministrar a otras embarcaciones que realizaban los mismos hechos delictivos de gasolina o suministros. Es decir, funcionaban como 'narcopateras' y gasolineras en alta mar.

Esta red delictiva utilizaba embarcaciones de recreo de pequeñas dimensiones que estaban a nombre de testaferros. Es decir, si pillaban las neumáticas estas aparecían a nombre de terceras personas que no participaban materialmente en los hechos, pero que prestaban sus embarcaciones a cambio de una suma de dinero, lo que impedía que los agentes pudiesen dar con los máximos responsables de la organización.

Fuentes de la investigación apuntan que la red estaba estratificada en cuatro niveles de jerarquía en función de los papeles que desempeñaban los miembros dentro de la organización. De esta forma, los agentes pudieron averiguar que en el escalón más alto se encontraban los organizadores, les seguían miembros encargados de cuestiones logísticas relacionadas con la comisión material de los delitos; después se situaban los pilotos de las embarcaciones y por último los testaferros de estas.

El 'modus operandi' era siempre el mismo aunque introducían pequeñas variaciones. Los migrantes eran recogidos en un punto acordado previamente en la costa de Marruecos, y eran trasladados a territorio español. Ya bien encallando las embarcaciones en una playa de Melilla, incendiándolas posteriormente para eliminar pruebas, o dando aviso a Salvamento Marítimo de su llegada a distintos puntos de la costa de Granada, donde eran dejados en lugares cercanos a la playa.

Al cruzar el mar de Alborán no solo actuaban en zonas granadinas. La red también utilizaban una embarcación tipo zodiac para recoger en alta mar a los distintos contingentes de personas, que aguardaban en otras naves nodrizas, y eran trasladados posteriormente a zonas de Albuñol, La Rábita, Adra o Cabo de Gato, entre otras. Los dejaban en pequeños grupos diseminados por toda la cosa para eludir tanto la interceptación de la embarcación nodriza, más lenta, hasta la de las personas que llegaban a tierra.

Durante la investigación, las autoridades marroquíes consiguieron detener 'in situ' a dos miembros que pertenecían a esta red.

Precios que oscilan entre los 12.000 y 13.000 euros

Según apuntan fuentes de la investigación, las personas que utilizaban este medio para cruzar la frontera hacían un pago a la red que podía oscilar entre los 12.000 y 13.000 euros por viaje. Hasta la fecha, han podido demostrar la comisión de tres delitos concretos con el traslado irregular de 45 personas en cinco embarcaciones, lo que supondría unos beneficios estimados para la organización que superarían los 550.000 euros.

Hasta el momento se han detenido a 13 personas, once de ellas en Melilla y dos en Málaga, además de intervenir varios teléfonos móviles que utilizaban para comunicarse entre los organizadores. Aunque no se descarta que en los próximos días se realicen más detenciones.

La imagen de la llegada de grandes embarcaciones repleta de migrantes a escasos metros de la playa se repitió en numerosas ocasiones durante el pasado 2024 en la Costa de Granada.

Varias personas involucradas con las investigaciones apuntaron a este periódico entonces que este procedimiento era el que más se estaba viendo en las últimas llegadas al litoral de Granada, pero también de Almería: llegan a escasos metros de la orilla, desembarcan con rapidez y se vuelven mar adentro. Para ello usan neumáticas semirrígidas, conocidas como 'narcolanchas' o 'narcopateras' de unos 12 metros de eslora y dos motores potentes fueraborda con cerca de 900 CV de potencia, cuyo uso está prohibido por ley en España. Embarcaciones que normalmente son utilizadas para la introducción de droga, y en los últimos tiempos para la trata de personas, al tener gran potencia para llevar grandes cantidades.

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