Costa

Veinticuatro horas del grifo de la discordia

  • Está enmarcado dentro de la campaña de mejoras del Barrio de San Miguel l Los grupos de la oposición lo han catalogado como el "Ecce Homo de Trini"

Hace casi una década la localidad zaragozana de Borja se convertía en el foco mediático tras la restauración realizada por un particular sobre una pintura del artista Elías García Martínez, que se encontraba en muy mal estado debido a una humedad. Una intervención sobre una obra de arte que, pese a que no gustó a todo el mundo, casi una década después ha puesto el nombre del municipio y al del 'Ecce Homo' en el mapa mundial y ha supuesto el aumento de las visitas en el santuario en el que se encuentra.

Una restauración, que no es ni la primera ni la última en tela de juicio y que, demuestra una vez más que, en temas de gustos 'no hay nada escrito'. Algo que en los últimos días ha quedado reflejado en la costa de Granada a raíz de la polémica suscitada por la puesta en valor de un grifo de abastecimiento en el casco histórico de Almuñécar, que solo los más rápidos han tenido oportunidad de ver: algo menos de veinticuatro horas después de su inauguración, lo estaban desmontando por no ajustarse a lo que el consistorio sexitano quería en un primer momento.

El grifo en cuestión está situado en la calle Horno Cuatro Esquinas, en el Barrio de San Miguel, y era uno de los elementos que desde el Ayuntamiento de Almuñécar se habían propuesto poner en valor, por lo que "se encargó a los servicios de mantenimiento y arqueología que se iniciará el procedimiento para su puesta en valor", explicó a Granada Hoy el concejal de Cultura, Alberto García Gilabert.

Un trabajo, el realizado por el artista local y trabajador del Ayuntamiento, José Cabrera, que no ha gustado por igual y que ha provocado que grupos de la oposición lo catalogasen como un "atentado contra el patrimonio local y turístico del conjunto histórico", hasta el punto de compararlo con el mismísimo Ecce Homo.

En este sentido, el PSOE de Almuñécar indicó que todas las actuaciones que realizan en la zona necesitan la autorización de Cultura, al estar catalogado como bien de interés cultural de Andalucía desde 1974, un permiso que, en el caso de la restauración realizada en el 'grifo de la coja' desde la formación socialista ponen en tela de juicio.

García Gilabert aseguró que todo se debe a un malentendido con el trabajador municipal al que se le pidió que retirase algunos de los detalles. Además, explicó sentirse sorprendido por la "preocupación" del partido socialista que "después de 40 años sin preocuparse por el patrimonio histórico de Almuñécar", ahora "se preocupa por un grifo" y "critica la obra de un artista" por el que piden respeto.

El responsable de Cultura reivindicó el trabajo de Cabrera, que invirtió tiempo con buena intención ya que "no cobra nada por su obra de arte", y que "se ha criado en el barrio y sus padres han bebido de ese grifo, para hacerlo y su intención era ornamental el grifo para darle la importancia de cariño que se le tiene a ese grifo".

Esta no es la primera vez que el artista local realiza algún proyecto para el Ayuntamiento de Almuñécar, es el responsable del monumento del pulpo de algo más de cinco metros que hay en la rotonda de la playa, los bancos del Paseo Puerta del Mar, los arreglos del Paseo del Altillo, además de realizar la restauración de parte del Palacete de La Najarra o del Castillo de San Miguel.

Una polémica que desde el Ayuntamiento quieren zanjar retomando la obra que se tenía pensada inicialmente a principio de semana y que "cuenta con el visto bueno" de Cultura.

 

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