Jonathan Rousselle busca a un compañero ante la defensa de Kendrick Perry.
Jonathan Rousselle busca a un compañero ante la defensa de Kendrick Perry. / ACB Photo

Granada/El Covirán Granada, con cuatro ausencias, aguantó tres cuartos al actual campeón de la Copa del Rey, el Unicaja de Málaga, que esperó a que los granadinos reventaran físicamente para sumar un nuevo triunfo (95-78). Poco se le puede reprochar pues dio la cara pese a las circunstancias con las que afrontó la cita pero la cera duró lo que duró.

Si ya la diferencias entre ambas plantillas era sideral, si a ello se le une la cantidad de bajas con las que contó Pablo Pin, los rojinegros afrontaron la cita con el único objetivo de competir y dar la cara. Sin Gian Clavell, Elias Valtonen, Sergi García y Jacob Wiley (los tres últimos viajaron pero no jugaron), la rotación fue muy corta. Pero, aún así, la primera mitad de los granadinos fue muy buena. Ante un relajado cuadro malagueño, los visitantes tuvieron un gran acierto desde el perímetro y eso le permitió tener las primeras ventajas a su favor.

Pin buscó, dentro de los recursos de los que disponía, el quinteto más físico posible, con Ubal de base, Pere Tomàs de ‘dos’, Ndiaye de alero, Noua de ala-pívot y Aurrecoechea como center. Los de Pin llegaron a ir ganando de diez (8-18), pero un parcial de 7-0 metió a los malagueños en el choque. Los triples comenzaron a no entrar y eso permitió a los de Ibon Navarro acercarse en el electrónico.

Pero el Covirán Granada no se puso nervioso como ya es costumbre, siguió haciendo su juego y con Ubal penetrando, provocó que el técnico local se viera obligado a pedir tiempo muerto con 15-21 en el marcador a 2:33 del final del primer acto. El dominio del rebote y la casta del uruguayo bastaron para irse al primer receso del partido seis puntos arriba (21-27) y con muy buenas sensaciones. Los menos habituales dieron ese paso adelante que tanto le pide Pin. Incluso, debutó con el primer equipo Luca Medal, que al menos el dio descanso a Scott Bamforth. Los buenos porcentajes en el tiro y tan sólo dos pérdidas, explicó la renta con la que acabaron los primeros diez minutos.

En el segundo cuarto, el nivel defensivo siguió siendo muy alto en los hombres de Pablo Pin. Ubal estaba en todas partes, Ndiaye y Guerrero intimidaron, pero la cantidad de registros ofensivos de Unicaja era muy complicado de frenar. Un parcial de 6-0, con un triple desde su casa de Dylan Osetkowski, igualó la contienda. Pero, pese a tener varias opciones para ponerse por delante por primera vez en el encuentro, Unicaja no fue capaz de voltear el resultado. Y es que Noua asumió la responsabilidad, y con cinco puntos seguidos en el que mostró su talento, volvió a devolver a su equipo al mando en el electrónico.

Con 31-34, el técnico granadino paró el partido y la dupla Ubal-Noua volvió a desarbolar la defensa de Navarro, que no terminaba de encontrar soluciones para frenar el caudal ofensivo granadino. El Covirán llegó a estar siete por delante aprovechando la poca tranquilidad con la que los malacitanos atacaron. Con Ubal omnipresente en ambas zonas, Ibon Navarro no cesó de mover el banquillo en busca de soluciones. Empero, dos pérdidas consecutivas permitieron a los locales recortar la desventaja cuatro puntos. Incluso pudieron ponerse por delante pero una falta a Bamforth en su último lanzamiento a la desesperada de tres, provocó que el Covirán se fuera los vestuarios cinco arriba (43-48).

Ubal, con ocho rebotes y once puntos, y Noua con 17 fueron los estiletes de un conjunto cuyo cuerpo técnico trató, dentro de sus posibilidades, de repartir el descanso. Porque esa era la principal duda al término del primer tiempo, si los rojinegros iban a poder aguantar el ritmo físico que, a buen seguro, iban a poner en la segunda mitad los malagueños. El objetivo era seguir moviendo el balón en cancha delantera porque se había tirado más de tres que dos pero los porcentajes eran muy diferentes y anotar de dos también vale, algo que a veces se les olvida a los equipos.

Y el tercer periodo no pudo comenzar mejor con un 2+1 de Bamforth, que además anotó un triple. El de Alburquerque se sintió cómodo y Unicaja, a más de siete minutos, entró en bonus todo lo contrario que su rival, que supo controlar las faltas. La afición local no la tenía todas consigo y comenzó a presionar en cada ataque de los granadinos. Ndiaye, con cinco puntos seguidos gracias a un mate y a un triple, hizo que Ibon Navarro pidiera tiempo nueve puntos abajo (52-61).

Pere Tomàs le otorgó la máxima al Covirán (doce) gracias a un triple a 5:51 y es que el trabajo en el rebote fue espectacular de los granadinos. Una rigurosa falta antideportiva cometida por Rousselle permitió, desde la línea de tiros libres, volver a bajar a menos de diez puntos. Pero de doce se pasó a cinco puntos gracias a Killian Tillie, que tiró del carro de los vestidos de verde y morado. Pin detuvo el choque y Noua anotó otro triple para mayor tranquilidad. No cabía ni un ápice de relajación pues, en un pispás, y con seis puntos consecutivos desde más allá de 6,75, Unicaja cerró el cuarto perdiendo tan sólo de dos (69-71).

En los últimos diez minutos, y con todo por jugar, los locales aún no se habían puesto por delante en el marcador. Pero Kameron Taylor lo logró por primera vez con un triple, las pérdidas fruto del cansancio comenzaron a aflorar y un parcial de 7-0 volteó el resultado. Poco a poco, y con Tillie como protagonista, los malacitanos se fueron distanciando aprovechando su mayor intensidad defensiva y el agotamiento de su rival. El perímetro en este cuarto sí funcionó y el parcial llegó a ser de 24-4, dejando el choque finiquitado a falta de cuatro minutos. Pin pidió tiempo y le dijo a sus jugadores que estaba orgulloso de ellos por el esfuerzo realizado, pero no fue suficiente para sumar un nuevo triunfo. Y para completar la mala suerte con las lesiones, Ubal se retiró cojeando por un problema en la rodilla.

Ficha técnica

95 - Unicaja (21+22+26+26): Perry (16), Kalinoski (3), Ejim (0), Kravish (4) -quinteto inicial- Tillie (23), Díaz (4), Balcerowski (2), Barreiro (6), Taylor (7), Carter (8), Djedovic (6), Osetkowski (16).

78 - Covirán Granada (27+21+23+7): Rouselle (11), Bamforth (16), Noua (22), Tomàs (3), Guerrero (5) -quinteto inicial- Ubal (12), Arrecoechea (1), Medal (0), Ndiaye (8).

Árbitros: Carlos Cortés, Carlos Sánchez Sixto y Guillermo Ríos.

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 22 de la Liga Endesa disputado en el Pabellón José María Martín Carpena ante 9.691 espectadores.

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