Hermanos de alma | Crítica

África en la Gran Guerra

  • Anagrama publica la primera novela del escritor franco senegalés David Diop, que cuenta una historia de las tropas coloniales en Francia

David Diop (París, 1966).

David Diop (París, 1966).

Hay miles de libros sobre la Primera Guerra Mundial. De todo tipo, género y condición y que fueron publicados a lo largo de los 106 años que se cumplen ya del inicio del conflicto. Hay novelas que se escribieron a la par de la guerra, como Los cuatro jinetes del apocalipsis, de Vicente Blasco Ibáñez, que vio la luz en 1916, cuando aún faltaban tres años para el final de la contienda. Ernest Hemingway se dio diez años de margen desde el Tratado de París para publicar Adiós a las armas (1929). Luego la literatura se centró algo más en la Segunda Guerra Mundial y el interés por la que se conocía hasta entonces como la Gran Guerra revivió a raíz del primer centenario del conflicto, en el año 2014.

Se publicaron entonces varios ensayos, entre los que destacan los que analizan las causas que llevaron a Europa a desangrarse en una guerra de trincheras. 1914. De la paz a la guerra, de Margaret MacMillan, o Sonámbulos, de Christopher Clark, son algunos de los mejores. Pero también hay novelas modernas, de autores que no pudieron conocer la guerra porque no habían nacido pero tratan de recrear aquel horror y lo hacen con éxito. Un buen ejemplo es 14, de Echenoz, que se lee en un rato porque apenas pasa de las cien páginas.

No pretende ser esto un catálogo de libros sobre la Gran Guerra sino una entradilla, algo extensa, para hablar de un libro que también se lee de un tirón pero que aporta una perspectiva distinta de un conflicto que estaba ya trillado y rastrillado por la literatura universal. Es la visión de los tiradores senegaleses, un cuerpo colonial que luchó con Francia en las dos guerras mundiales y que ha tenido pocos autores que les glosaran sus gestas.

David Diop (París, 1966) creció en Senegal y su primera novela trata sobre sus paisanos –y a buen seguro sus antepasados– que defendieron a la metrópoli en las trincheras. No sabían escribir ni leer, pero sí empuñar un rifle y cargar con la bayoneta calada contra el enemigo en acciones casi suicidas. Hermanos de alma cuenta la historia de uno de esos soldados africanos, Alfa Ndiaye, y de su "más que hermano" Mademba Diop, que cae herido de gravedad en el frente y a quien no será capaz de complacer en una de sus últimas voluntades. Ndiaye vivirá desde entonces atormentado por la culpa, se sentirá un traidor y se preguntará mil veces qué hace dejándose la vida en una tierra extraña mientras la felicidad le espera en África.

La culpa, la traición y, sobre todo, la barbarie presiden la breve novela de Diop

La experiencia con su amigo, con su más que hermano, le cambiará la forma de entender la guerra, y también la vida. Luchará con ferocidad, pero de otra forma. Será inteligente en el campo de batalla. Será un sanguinario, un hombre que se comportará de manera tan bárbara que ni siquiera sus compañeros de filas lo querrán a su lado. Pasará de ser visto como un héroe a ser considerado como una especie de brujo, un devorador de almas. Aquí convergen la tradición literaria sobre la guerra con la literatura africana, cargada de magia y simbolismo. Diop trata la culpa, la traición, el compañerismo y también la barbarie de la guerra, no sólo de los enemigos sino también de los propios mandos del Ejército francés, que se dedican a mandar a una muerte más que segura a los soldados negros.

Portada del libro. Portada del libro.

Portada del libro.

David Diop maneja un estilo curioso, cargado de expresiones que repite machaconamente, que podría parecerse a un cuento infantil si no fuera por la barbaridad que está contando. Parece a veces una narración ancestral de las que seguramente les contaron sus padres o abuelos en Senegal. El autor vive ahora en Pau, donde es jefe del Departamento de Artes, Lenguas y Literatura de la Universidad de esta ciudad.

Hermanos de alma, que editó Anagrama a finales del año 2019, ha obtenido varios premios importantes. El último de ellos la versión española del Goncourt, que el año anterior había obtenido la joven escritora francesa Alice Zeniter con El arte de perder. Otra gran novela que trata el papel de los soldados de las colonias en los conflictos internacionales, en ese caso los argelinos en la Segunda Guerra Mundial y lo que vendría después con la independencia de Argelia y el éxodo a Francia de muchos de los que lucharon en el bando equivocado. Los que lo hicieron en el correcto, como los tiradores senegaleses, tampoco acabaron demasiado bien.

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